Buenos Aires piensa al Río de la Plata como un hueco grande para rellenar y “ganarle tierra”. En la orilla hay huecos: entre los escombros y entre las cosas que se tiran y se tocan. Nos acostumbramos a mirar los objetos y pensar que los espacios entre ellos están vacíos. La definición de hueco según la RAE es “que tiene vacío el interior, que tiene sonido retumbante y profundo y que es un intervalo de tiempo y lugar”, pero hay personas que habitan estos espacios —que nos hacen creer que están vacíos— y sus vidas están marcadas por su relación con el río. También hay plantas y animales; una garza entre la maleza, o la boca abierta de un pez fuera del agua.
Intentamos redefinir la idea de hueco y encontrar cuál es su potencia. El hueco puede ser un recipiente, como una bolsa que según Ursula K. Le Guin está llena de “comienzos sin fin, de iniciaciones, perdidas, transformaciones y traducciones”.
En los últimos años caminamos la costa y navegamos algunos tramos de arroyos y ríos que atraviesan la ciudad y desembocan en el Río de la Plata. Recopilamos historias, fotos de amaneceres y atardeceres marcados por un horizonte de llanura; palabras de pescadores que conocen el río, la luna y las mareas, la migración de los peces. Dibujamos todo lo que imaginamos que habita en el “hueco”, donde los tiempos y las cosas se mezclan: una sirena de la Isla Maciel, cuerdas que se confunden con serpientes, el rojo de la flor del ceibo y las chimeneas de la usina eléctrica, un sauce como una cueva, etc.
Nos inspiramos en las geometrías de las banderas náuticas, el lenguaje de los barcos y las texturas del grabado. Utilizamos las técnicas de la xilografía y la monocopia en papeles que pegatinamos en la pared
Victoria Volpini y Delfina Estrada
Artistas: Victoria Volpini y Delfina Estrada
Curaduría: Álvaro Rufiner
Productora: Martina Estelí Garcia
Asistentes: Carolina Favre y Nicolás Sebastián Rodríguez