Spregelburd/Zypce: Nada más viejo

El homenaje que habíamos pensado para Rafael Squirru no se podrá llevar a cabo. El historiador encargado de recolectar su pensamiento, su vida y su obra acaba de morir en un confuso incidente en el hipódromo, sin dejar tiempo para reorganizar la velada. Un dúo de folkloristas que tenía la decorativa tarea de poner música al evento acabará por proveer también la letra, las disculpas y las explicaciones que nadie debería haber solicitado. Vamos a celebrar, en patrio gesto, las cosas más viejas del mundo: la modernidad y las vanguardias.

A falta de museo, a falta de una burguesía acomodada que pensara que el arte nacional estaba maduro para competir por un lugar en las vanguardias, Rafael Squirru cargó las pinturas en un barco, el Yapeyú, y el 28 de septiembre de 1956 empujó al mar la Muestra flotante de 50 artistas argentinos para que diera su primera vuelta al mundo. Escribió Squirru para la ocasión: “Algunos sonreirán ante el hecho obvio de la paternidad de Picasso, de Klee o de Mondrian, buscarán afanosamente el toque folklórico y se sentirán defraudados ante la ausencia casi total de gauchos de amplio sombrero o bellas señoritas o indios pintorescos”. Así que no verán, señores, lo que esperan de nosotros. Ese es nuestro sino. El propio capitán del Yapeyú dará su versión de los hechos, mientras los hechos se resisten a ser contados de una única manera.