En sus obras, Gabriel Chaile (n. San Miguel de Tucumán, 1985) fusiona objetos simbólicos y materiales austeros, como el abobe, el ladrillo y el huevo, con los que alude a necesidades sociales básicas como la alimentación, la vivienda y el trabajo. En Patricia, su primera exposición individual en el Moderno curada por Laura Hakel, combinó un horno de barro con una figura devocional precolombina, un encofrado de construcción con un hábitat para dormir y convirtió las marcas de trabajo de un albañil en lenguaje escrito. El sincretismo en estos trabajos es algo más que una sumatoria de elementos: es un medio para desplegar tensiones y estrategias vinculadas a la subsistencia de comunidades marginadas por las grandes economías. Su mirada, en este proyecto, retrata la versatilidad de aquello que se adapta para subsistir.
Gabriel Chaile estudió la Licenciatura en Artes Plásticas en la Universidad Nacional de Tucumán. En el 2008, participó del Programa pensamientos emplazados en la ciudad de Salta y, al año siguiente, se mudó a la ciudad de Buenos Aires donde realizó el Programa de artistas de la Universidad Torcuato Di Tella en la ciudad de Buenos Aires. En el 2010 fue seleccionado para participar en el Laboratorio de Investigación en Prácticas Artísticas Contemporáneas (LIPAC) del Centro Cultural Rojas. Sus principales exposiciones fueron El principio de la belleza está en el fin de la misma, en el Centro Cultural Borges (2011), Todas las cosas eran comunes, en la Galería Alberto Sendros (2012) y Salir del surco a labrar la tierra, en el Fondo Nacional de las Artes (2014).