Asombro

Desde el lunes 14 de diciembre de 2020 hasta el domingo 24 de enero de 2021

El asombro vive agazapado en los lugares más recónditos de nuestra vida cotidiana, camuflado detrás de lo que creemos conocer de una vez y para siempre, esos saberes permanentes que nos permiten transitar el día a día. Por eso su naturaleza es estar en alerta permanente, para aparecer, vigoroso, cuando tiene que movilizarnos frente a lo desconocido. El asombro se hace piel, ojos y oídos de inmediato cuando se nos ofrece una visión nueva, frente a un descubrimiento o a una aparición que altera de repente nuestro estado emocional e intelectual y cuestiona nuestra lógica. A veces se convierte en desconcierto y nos paraliza, cuando un acontecimiento amenaza con transformar por completo y para siempre nuestro mundo y con quitarnos la libertad de acción. Pero, casi siempre, el asombro nos libera de la repetición infinita de lo que ya hemos visto pasar, una vez más, ante nuestros ojos.

No siempre nos interesa comprender las causas de nuestro asombro. A veces querríamos descansar nosotros en él, engolosinados frente a un estado de magia, de hallazgo maravilloso y provocador, probablemente también efímero. Así ocurre en el encuentro con el arte, que nos hace partícipes del estado de asombro que experimentan los artistas cuando observan la realidad. Con la seguridad, entonces, de que el asombro siempre está ahí y de que aún queda mucho por descubrir, muchos giros inesperados capaces de despertar nuestra voluntad y nuestros deseos, el Museo Moderno reúne durante las siguientes semanas el trabajo de artistas que nos encienden y despabilan. Conmovedoras o extrañas, sus miradas y sus obras renuevan nuestro vínculo con aquello que nos rodea, porque nos lo muestra bajo una luz nueva, la de su propio deslumbramiento

Perla Benveniste, Espacios inhabitables, 1970/2011, caja cinética de tubos con agua, luz y sonido y performance, 180 x 150 x 250 cm
Eduardo Rodríguez, Nunca te bañarás dos veces en el mismo río, 2013, acrílico, acetato metalizado y movimiento, 200 x 53 x 53 cm
Obras donadas por los artistas al Museo de Arte Moderno de Buenos Aires en diciembre de 2020

Querida máquina, de Belén Romero Gunset

Querida máquina es un video de tono pedagógico y lleno de humor en el que vemos a la artista Belén Romero Gunset mostrar una serie de dibujos mientras explica a una máquina las bases de su sistema filosófico. Este sistema, estructurado a partir de una serie de fórmulas de la argumentación -como la refutación, la contradicción o la descalificación- y de una limitada paleta de colores, le permite organizar los dibujos y pinturas, cuyas composiciones codifican en imágenes cuestionamientos metafísicos sobre la condición contemporánea que ella encuentra representados en objetos y situaciones cotidianas.

Es así como dos manzanas pueden afrontar la cuestión del “ser o no ser”, la forma de un cassette, recordar la necesidad de no repetirse y de cambiar siempre, o la acción de tomar mate bajo un ombú, simbolizar “el distanciamiento del ser a favor del estar”. Realizados durante los meses de confinamiento de 2020 con lápices de colores, estos dibujos ocurrentes, didácticos y de carácter escolar retoman con humor la posibilidad del pensamiento filosófico, en el que el asombro expande los confines materiales de nuestras casas hacia un espacio de gracia trascendental.

Francisco López y la experimentación sonora. Audiosfera

Una entrevista realizada por Escuchar [Sonidos visuales]

Escuchar [Sonidos visuales], nuestro ciclo de música experimental, presenta esta entrevista realizada por nuestros curadores, Jorge Haro y Leandro Frías, con uno de los más importantes referentes de esta disciplina a nivel mundial, el español Francisco López. Audiosfera. Experimentación sonora 1980-2020 es una exposición, curada por Francisco López, sin objetos ni imágenes, que pretende descubrir al visitante el vasto y dinámico universo en que se ha convertido el campo del audio experimental.

Para ello, se presentan más de 700 obras sonoras de unos 800 creadores de todo el mundo, muchos de ellos desconocidos para el público. Se trata de la primera exposición de estas características que se realiza en el mundo.

Untitled, by Juan Sorrentino 

A lo largo de su trayectoria artística, Juan Sorrentino ha buscado descubrir las distintas formas en que se expresan los materiales más corrientes: la madera, el polvo y la chapa metálica, entre otros, pueden ser los elementos germinales de sus trabajos. En ellos, oscilando entre la performance y la escultura, deja en evidencia la potencia estética de las texturas, los sonidos y las formas naturales.

En el presente video, el artista se desplaza cargando un lienzo en blanco más grande que su propio cuerpo y se sirve de las sombras que proyectan las ramas del bosque para crear dibujos efímeros sobre la tela. Así, el artista se convierte en un simple sostén y la naturaleza en el agente creativo que puede brindar, por sorpresa, instantes artísticos de gran sensibilidad y lirismo. Si bien en sus obras más recientes Sorrentino busca extremar las capacidades sonoras o de resistencia de ciertos materiales, en la pieza Untitled (2015) subraya la suavidad y la calma que se vislumbra en la naturaleza, lo que funciona como un señalamiento artístico de un hecho tan simple como bello.

Oracle, by Sebastián Díaz Morales
La obra de Sebastián Díaz Morales hace uso de cada una de las herramientas del video y del lenguaje audiovisual. Estimulado por la capacidad documental y potencialmente imaginativa de esa materialidad artística, Díaz Morales busca las zonas de contacto entre ambas esferas. Por un lado, insiste en destacar la fuente real de los sitios, objetos y personas que participan en sus obras, pero al mismo tiempo busca los intersticios en los que esa misma realidad se tuerce hacia lo asombroso y lo incomprensible.

En Oracle (2007) reúne una gran cantidad de registros ocasionales de circunstancias extraordinarias ocurridas en distintas ciudades del mundo, con la inocencia de un observador aficionado. La heterogeneidad de los fragmentos y su carácter indescifrable así como la repetición y el ritmo del montaje se presentan con la temperatura enigmática de los oráculos de la Antigüedad que abrían metáforas anticipatorias. En la libre asociación a la que invita, la obra de Díaz Morales despliega un abanico de pistas posibles para encontrarle un sentido íntimo al exceso de mundos a los que nos enfrenta.

Obras del Patrimonio del Museo Moderno

Tatiana Parcero
(Ciudad de México, 1967)
Sin título, de la serie “Nuevo Mundo Nº 2”, 1999
20,30 × 30,20 cm
Acetato y fotografía color pintada a mano

La producción de Tatiana Parcero explora conceptos como los de identidad, memoria, territorio y tiempo. En esta obra, la piel se convierte en un gran mapa-tatuaje en el que se mezclan códices prehispánicos, cartografías e ilustraciones anatómicas que componen una suerte de emblema del paradigma cultural latinoamericano: la convivencia de variados orígenes culturales y naturales, juntos o en oposición.

Para diferentes culturas de nuestro planeta, los días próximos al 21 de diciembre, el solsticio de invierno y la noche más larga del año para los habitantes del hemisferio norte y el comienzo del verano en el hemisferio sur, han sido siempre fechas de festejos y rituales, que en muchos casos alcanzan su clímax el día 25. Para algunas culturas, indicaban una renovación profunda del ciclo de la vida, como sucedía con las fiestas del Kapak Raymy, celebradas en las regiones andinas, o las Panquetzaliztli de los aztecas, que homenajeaban el nacimiento de Huitzilopochtli. En Roma, durante las saturnalias, los festejos llegaban a generar cierto caos en el orden social normalizado. Más tarde fueron despaganizadas por la oficialización del cristianismo en el imperio y la fecha del 25 quedó instaurada como el natalicio de Jesús. Estas celebraciones estaban dedicadas a deidades asociadas a la luz en todo el mundo, coincidentes, este año, con el mayor acercamiento en el siglo de dos grandes planetas de nuestro sistema solar: Júpiter y Saturno. Esperemos que con el 2021 se despejen las tinieblas.

Triana Leborans

Brillo, 2019
Video monocanal
1’ 08”

Interesada en situaciones y acciones que exaltan la sensibilidad, Triana Leborans se detiene en imágenes que se manifiestan en mínimas fracciones de segundo, como ciertos reflejos o destellos de luz que aparecen fugaces durante la noche, para penetrar en ellas y explorarlas en un tiempo distinto, detenido o ralentizado. De este modo, recupera desde esa invisibilidad original un universo visual deslumbrante, difícil de ser apreciado de otro modo en objetos o superficies de apariencia banal y que captamos en momentos muy breves, más aún cuando estamos en movimiento permanente. Brillo es un claro ejemplo de este ejercicio que se propone ampliar la realidad de esas pequeñas cosas. Con un recurso de una sencillez sorprendente, como regular el brillo de una fotografía digital, descubre un universo de luces sobre una botella de plástico que revela todo lo que puede verse y transformarse si nos detenemos un momento y fijamos en ella la mirada.

Jorge Macchi
Caja de música, 2003-04

La obra de Jorge Macchi nos hace partícipes, una y otra vez, de la manifestación de mundos paralelos en situaciones de sintonía asombrosa. Sus obras son la plataforma ‒o el espacio-tiempo‒ que hace visible la confluencia de diversos órdenes, ajenos entre sí, con una precisión mágica capaz de abrir una nueva vía de sentido que activa sin contradicciones algo emocionalmente verdadero, la verdad como pura sensación. Cuando esto ocurre, sus videos tienen la particularidad de funcionar como eventos: verlos es asistir a la manifestación de una fenomenología particular. Este acontecimiento sucede exclusivamente por los modos en que se vinculan su forma ‒el plano rectangular en el que se ordena la imagen, ya sea de los carriles de una avenida o de los créditos de una película‒, el movimiento capturado ‒el tiempo en que fluyen los órdenes paralelos dentro de esos márgenes‒ y el sonido o la música, que entran en diálogo directo con nuestra conciencia, para la cual, en ese momento, lo onírico acontece en un momento de vigilia. Como parte del programa digital dedicado al asombro, 

el Museo Moderno comparte Caja de música (2003-04), Fin de film (realizado en colaboración con el músico Edgardo Rudnitzky, en 2007) y La balada de Matsuyama (2010), tres de sus más reconocidos videos, que funcionan como campos fértiles para las apariciones y nos invitan a asistir, por un instante, a otra realidad.

Jorge Macchi y Edgardo Rudnitzky
Fin de film, 2007

Jorge Macchi y Edgardo Rudnitzky
Fin de film, 2007
Video color, sonido stereo, 5’ 15”

Jorge Macchi
La balada de Matsuyama, 2010

Jorge Macchi
La balada de Matsuyama, 2010
Video color, sonido stereo, 06’ 45

Pablo Lapadula

Pablo Lapadula entiende el arte y la ciencia como dos estrategias con lógicas diferentes pero complementarias, sobre todo ante la posibilidad de potenciarse mutuamente a la hora de indagar sobre las relaciones que establecemos con la naturaleza. En este video, producido especialmente para el Museo Moderno, Lapadula aborda el asombro por el mundo natural no necesariamente desde un único momento signado por la inmediatez, sino como un ciclo vivencial que se prolonga a través de distintos espacios y disciplinas. A partir de la biblioteca, donde los relatos y las representaciones de ciencia y arte entrecruzan sus sensibilidades, el artista inicia una búsqueda de lo salvaje. Las narraciones de los viajes de exploración y las imágenes de pintores viajeros y de naturalistas desatan la imaginación y el anhelo por lo asombroso. Luego, vendrá un primer encuentro físico con la naturaleza, donde todo es más informe que racional: una experiencia que tiene al cuerpo como la herramienta de documentación más idónea: sobre el cual la sensualidad de las formas naturales comienza a imprimarse. Y, al volver al taller, articula experiencia, conocimiento y raciocinio frente a ese mundo natural desde una plataforma personal y subjetiva. Se construye así un diálogo con lo diferente –que ya está abierto al cambio– y lo múltiple, para lograr, entre otras cosas, transmitir nuestro asombro. Con el mapa artístico trazado, se vuelve a lo salvaje desde un modelo de mundo construido, para así recomenzar el ciclo desde una posición nueva.

Desafío: Imaginar flores

Te invitamos a desplegar tu imaginación para inventar flores. Pueden tener pétalos de diferentes formas y colores, pero también pueden tener rasgos humanos, como ojos o bocas. ¿Qué sentirán esas flores? ¿Qué estarán pensando? ¿Te animás a dibujarlas? No te olvides de compartir tus creaciones con nosotros etiquetando a las redes del museo.

Desafío: Armá tu propio verano

El verano puede estar repleto de sorpresas y momentos hermosos. Te invitamos a dibujar y pintar aquellas cosas, actividades y personas que te hacen disfrutar de esta estación del año. ¡No te olvides de compartir tus resultados con nosotros etiquetándonos en las redes 
sociales del museo!

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