Kilometro 1 es la nueva propuesta del Museo Moderno para vincularse con el barrio de San Telmo. Su objetivo es visibilizar, señalar, poner en valor y potenciar a los artistas, sus talleres y las propuestas creativas, sociales y culturales que se desarrollan en la comunidad del barrio.
El Museo sale al barrio con una serie de acciones y se conecta, a través de sus programas educativos, artísticos y editoriales con instituciones de San Telmo, El Mercado, la Feria, los templos, el parque, la plaza y sus públicos específicos: niños, jóvenes, adultos, personas en situación de vulnerabilidad económica y social, educadores y personal de salud y sus deseos y necesidades.
Salimos del museo para acercarnos a los artistas, conocer sus fuentes de inspiración y descubrir sus espacios de creación, en la ciudad de Buenos Aires. Hoy nos adentramos en el taller de la artista Cynthia Cohen, ubicado en el barrio de San Cristóbal.
Cynthia Cohen (Buenos Aires, 1969) es una artista visual que se destaca en la producción de pinturas de gran tamaño. En muchas, retoma las estrategias y las preocupaciones del arte pop, como la pregunta por lo que pasa cuando algo (personas, objetos, animales) se transforma en una imagen, en particular en una imagen enorme y cautivante.
La artista participa de Cien caminos en un solo día, la exposición del Museo de Arte Moderno que recorre la producción del arte argentino de los últimos veinte años. En ella, Cynthia Cohen presenta dos obras de su Serie Retratos (2017). Se trata de dos pinturas de gran tamaño de rostros en primer plano. Con una iluminación y un nivel de detalle que evocan la fotografía digital, los retratos subrayan la capacidad de la pintura para revelar la esencia y el poder de fascinación de la figura humana.
En la obra Materialismo político, el artista Gaspar Acebo intervino las pintadas políticas que se encuentran en los paredones del barrio de San Telmo. Estas pintadas se realizan con ferrites y cal, materiales que van dejando capas muy delgadas que se acumulan, campaña tras campaña, y generan finalmente espesores de más de cinco centímetros. Estas “placas tectónicas”, como las define el artista, evidencian el uso político de la calle desde hace décadas y representan toda una historia sociopolítica que se hace visible a partir de estos estratos.
Para revelar la cualidad material e histórica de las paredes, Acebo realiza el trabajo inverso de quienes las pintan. Aplicando yeso y dejándolo fraguar genera una superficie capaz de retirar la cal en bloque. Este procedimiento, lento y laborioso, da como resultado una pieza escultórica compuesta por varias de las capas, que dejan ver la huella de los murales que han sido superpuestos sobre el muro. Para KM1, Acebo realizó esta acción en un paredón ubicado frente al Parque Lezama y obtuvo una pieza de forma irregular, de más de 15 kilos. En ella es posible observar las capas de ferrite, una sobre otra, como un registro del paso del tiempo en la ciudad y del espacio público como un lugar vibrante y político.
La acción forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo.
Gaspar Acebo (Buenos Aires, 1976) es profesor de Pintura en la Escuela de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y Licenciado en Artes Visuales del IUNA. Su obra se centra en la copia como principio de creación. A partir del dibujo, la pintura, la escultura y la intervención de espacios públicos, el artista produce obras que funcionan como gestos sutiles o señalamientos de una realidad poco evidente. Durante su trayectoria ha realizado numerosas exposiciones, tanto en la Argentina como en el exterior. Entre sus exposiciones individuales se destacan Espesor mínimo, en Miranda Bosch (2020) y Blanco, en Espacio Kamm (2014). Asimismo, expuso de manera colectiva en Las medidas del vacío, PROA (2015). Su trabajo obtuvo, distinciones, la mención del jurado en el Salón M. Belgrano (2009), Programa Becar Cultura (2016), la beca de producción del FNA (2007). Su obra se presentó en los siguientes certámenes: Premio FNA (2019/2020), Premio Fola (2019), Salón Nacional (2016). Participó de residencias en: la Antártida; Bitamine, País Vasco, España; Curadora, Santa Fe, Argentina; Vermont Studio Center, EE.UU.; ArtAmari, Creta, Grecia; Villa Renata, Basel, Suiza; Casa Velázquez, Madrid, España. Vive y trabaja en Buenos Aires.
La agrupación Hecho en Buenos Aires cumplió 22 años de trabajo en favor de la inclusión social, y los celebró con un encuentro colectivo de arte y cultura en la Fundación Mercedes Sosa. Allí estuvimos para acompañarlos.
La artista Mercedes Lozano presenta su obra 37′ 45» S 58° 22′ 13» O, una video escultura diseñada con base en un telescopio prismático. En el interior de la obra, un visor de realidad virtual analógico permite observar, de forma individual, un video realizado a partir de la investigación y observación de la cuenca del Mar Argentino y del Río de la Plata. Además del particular diseño de la escultura, la pieza audiovisual muestra dos imágenes diferentes, cada una de las cuales es visualizada por uno de los ojos. Este tipo de visión, llamada estereoscópica, permite que el paisaje termine de completarse, por un juego óptico, en la mente del espectador. Para KM1, el dispositivo fue emplazado en la barranca de Parque Lezama, lugar del barrio hasta donde, en tiempos coloniales, llegaba el Río de La Plata. La artista invitó a los transeúntes a realizar un viaje al pasado y aquellos que se encontraron con los visores pudieron volver a descubrir el agua que alguna vez ocupó este espacio.
La acción forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo.
Mercedes Lozano (Buenos Aires, 1989) es Licenciada en Artes Visuales de la Universidad del Museo Social Argentino y realizó el posgrado en Gestión Cultural y Comunicación en FLACSO. Participó del Programa de Cine del Departamento de Artes del Instituto Di Tella y actualmente es maestranda en Historia del Arte Argentino y Latinoamericano de IDAES/UNSAM. Desde 2014 trabaja generando cruces entre disciplinas visuales y dispositivos ópticos. En sus últimas obras se ha centrado en la utilización de herramientas audiovisuales tecnológicas (digitales y analógicas). Recientemente, tras realizar un seminario en Realidad aumentada, virtual y mixta en la Universidad Técnica de Berlín, ha comenzado a volcar sus investigaciones a esas tecnologías de la imagen. Ha expuesto en el CCK, Munar, Hilo Galería, Nova Artspace (Weimar), Montana Crux (Berlín), 1085 Gallery (San Diego) y Hermes Artes Visuais (San Paulo), entre otros. Fue finalista del N12 Premio de Fundación Itaú (2021) y N13 Premio Fundación Itaú (2022), en la categoría Arte y Tecnología. Vive y trabaja en Buenos Aires.
La bici naranjita es una propuesta musical en movimiento del DJ Bad Boy Orange, representante del género drum & bass en la Argentina. El proyecto, que comenzó a gestarse antes de la pandemia, consiste en largas bicicleteadas por la ciudad de Buenos Aires en las que el artista pasa música desde su bicicleta, equipada para mezclar y reproducir sonido en vivo. Invitado especialmente por KM1, Bad Boy Orange diseñó un recorrido por la zona de San Telmo y los barrios aledaños. Con punto de salida en el monumento Canto al trabajo, en avenida Paseo Colón al 800, más de 200 personas en bicicleta, rollers y otros medios de transporte de “fuerza humana” acompañaron al músico a lo largo de un recorrido de casi 12 kilómetros que duró una hora y media. En ese tiempo, los participantes disfrutaron de una experiencia colectiva y festiva fuera de lo común.
Representante del drum & bass en la Argentina y Sudamérica, Bad Boy Orange es uno de los protagonistas de la cultura de la música electrónica. Fundador de diversos clubes emblemáticos, en 1997, junto a su amigo Dj Buey, creó Buenos Aires Frente Jungle, un proyecto que ha contribuido a consolidar una tribu de fanáticos del tambor y el bajo. Su rol de comunicador y partícipe esencial en la escena lo llevó también a integrar el equipo fundacional de buenosaliens.com, una web especializada en marcar el pulso del movimiento dance en el país desde 1998.
Bad Boy Orange expande continuamente su carrera de DJ y productor. Comenzó el nuevo milenio con una gira por Estados Unidos y, hacia fines de 2001, publicó el EP ¿Quién hace tu vida tan naranja?. Desde entonces, durante el tiempo que pasa en el estudio, alterna la producción de temas propios con remixes y edits que sorprenden a la audiencia en cada uno de sus sets. La bici naranjita es su proyecto de DJ móvil.
En Pan, saliva y trabajo, la artista Ariana Beilis produce una réplica a escala de la escultura Canto al trabajo, de Rogelio Yrurtia (1907). Este cuerpo escultórico, ubicado en la plazoleta Eva Perón, en la intersección de Av. Paseo Colón y Av. Independencia, está conformado por catorce figuras de gran tamaño realizadas en bronce que arrastran una piedra, símbolo del esfuerzo del trabajo. La artista reprodujo a escala la obra de Yrurtia, reemplazando el bronce original por pan, que fue masticado en vivo por tres performers durante varias horas en esa misma plaza. En su obra, el cuerpo toma un lugar activo y es el esfuerzo de masticar el que transforma el pan en la materia prima para darle la terminación a la escultura. De esta forma, lo blando del alimento contrasta con la dureza del bronce, y se genera un contrapunto entre la precariedad de un material y la firmeza del otro Con este gesto, la artista trae al presente la obra de Yrurtia y propone una nueva lectura que tiene en cuenta el contexto y las problemáticas en torno al trabajo que predominan en la actualidad.
Performers: Ariana Beilis, Mara Caffarone, Johanna Borchardt.
Agradecemos especialmente a la panadería Cosas Ricas, Perú 1081
Ariana Beilis (Santa Fe, 1983) es artista visual y gestora cultural. Es autora de Seremos como la gota que cae mil veces sobre la piedra (2019), monumento a las víctimas de femicidios en la ciudad de Santa Fe, y de Trueque (2018), intercambio patrimonial con MPBA Rosa Galisteo. Desde 2016 coordina, junto a Malcon D’Stefano, el colectivo Barrio sin Plaza y A LA CAL, espacio expositivo nómada. En 2022 cursa el Programa Artistas x Artistas de Fundación El Mirador, luego de haber sido becada en el 12° Programa de artistas UTDT en 2020. En 2019 realizó el Programa de curaduría ACERCA C.C. Parque España AECID y, en 2018, la Diplomatura en Políticas Culturales Filo UBA. En 2022 presentó su tercera exposición individual, en el Museo Municipal de Artes Visuales de Santa Fe y exhibió en el 13° Premio Itaú. Fue seleccionada en el 74° Salón Nacional de Rosario, en el Encuentro de Performances Político de Chile. Sus proyectos han participado en Mercado de Arte de Córdoba, arteBA y Microferia. Vive y trabaja en Buenos Aires.
En la acción performática Vaciarse – cuerpo a disposición, la artista Tuty Moreno Campos realizó una caminata por diferentes lugares y locales comerciales de San Telmo. Durante el recorrido les pedía a las personas con las que se encontraba que le transmitieran por escrito algunos pensamientos relacionados con un asunto pendiente, una preocupación o un deseo del que quisieran liberarse. Con una impronta mágico-ritual, Moreno Campos ofrecía su cuerpo como superficie, a disposición, para soltar aquellos pensamientos que persistían en cada uno de esos interlocutores. De esta forma, el propio cuerpo de la artista se convirtió en el soporte del peso simbólico de los estados de ánimo y los problemas ajenos.
Esta acción había tenido su primera versión durante el inicio de la pandemia, momento en el cual Moreno Campos se enfrentó a sus propios pensamientos y al mandato de mantener la productividad en circunstancias de alta exigencia emocional. En esta nueva edición en el espacio público, la artista realizó una caminata desde las salas y oficinas del Museo hasta el Parque Lezama y prestó especial atención a las paradas de colectivo y a las personas que se encontraban en situaciones de tránsito o en horario laboral.
La acción forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo.
Tuty Moreno Campos (Buenos Aires, 1987) realizó programas, residencias y clínicas de arte en la Argentina, México, Estonia y Arkansas. En 2017 fue becada para realizar el programa Escena Pública del Ministerio de Cultura de la Nación en la ciudad de Tandil, que culminó en un proyecto expositivo multidisciplinario y colectivo. En 2019 fue parte de IMÁN, en Ciudad de México. En 2020 fue invitada por elektron, basado en Estonia, para realizar una residencia de producción colectiva online. En 2021 fue residente de INVERSE, programa de performance que culminó en un simposio con presentaciones en The Momentary, Arkansas. Su trabajo ha sido exhibido colectivamente en diversos espacios, tales como el MUMBAT, Sala Lidaura Chapitel, en la Argentina; Sala el Brocense en España; University of Winnipeg, en Canadá; el Festival de Cine experimental de Bogotá, en Colombia.
En la performance ¿Cómo pelás la naranja?, la artista Jazmín Saidman propone una acción colaborativa en la que plantea una pregunta simple sobre cómo pelar una naranja. Para KM1, la artista se ubicó en la plaza Dorrego, centro del barrio de San Telmo, donde dispuso en una mesa 20 kilos de naranjas y les pidió a los transeúntes que le enseñaran su forma particular de pelarlas. La pregunta que da título a la performance sirve como excusa para iniciar una conversación con una persona extraña y, así, desplegar un gran universo de procedimientos, teorías, relatos y recuerdos en torno a una acción que pertenece a la más profunda cotidianeidad. Una vez pelada la naranja, el o la participante tiene la opción de comerla; en caso de no quererla, la artista la reserva en una olla para luego hacer mermelada.
¿Cómo pelás la naranja? fue realizada en el marco del Kunsttage Basel durante la estadía en la residencia de Atelier Mondial (Basel, Suiza), en junio de 2021, a través de un programa de intercambio internacional realizado en alianza con URRA (Buenos Aires), en su séptima edición, con el apoyo de artEDU Stiftung; esta es la primera vez que se lleva a cabo en la ciudad de Buenos Aires.
La acción forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo.
Jazmín Saidman (Buenos Aires, 1987) estudió la Licenciatura en Artes en la Universidad Nacional de las Artes (UNA). Artista y profesora de artes, su producción involucra performance, dibujo, pintura y video. Ha expuesto en el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (MACRO), el Fondo Nacional de las Artes, la Universidad Torcuato Di Tella, el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, el Teatro Sarmiento, entre otros lugares. Fue seleccionada para participar en diferentes programas de artistas en residencia en Basilea (Suiza), Córdoba (Argentina), São Paulo (Brasil) y Tigre (Buenos Aires, Argentina).
Convocado por KM1, el artista Luis Pazos hizo entrega de 100 dibujos originales a paseantes y habitantes de San Telmo. Los dibujos, pensados por el artista como “shocks eléctricos” fueron realizados en una sola noche con fibras y papel blanco, como una forma catártica y espontánea de trasladar un estado anímico al papel. Inspirado en la capacidad de Alberto Greco para transformar lo cotidiano en propuestas estéticas complejas, Pazos se dispuso dar cada dibujo como un regalo a quien quisiera recibirlo. Durante algunas horas, el artista se acercó a las personas que estaban en la Plaza Dorrego de San Telmo y les ofreció su obra con un gesto humilde y cariñoso. A partir de esta acción, todas las personas que pasaron por la plaza en ese momento pudieron acercarse al arte y al artista de una forma próxima y cálida. “Decidí regalarlos a todos porque creo que no me pertenecen. Son parte del mundo, que a mi juicio es algo que gira sin control y sin objetivo”, dice el artista en el texto que acompaña la obra. La acción forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo.
Luis Pazos nació en La Plata en 1940. Ha desarrollado su producción desde el conceptualismo, la performance y la poesía en relación con modos de trabajo colaborativos y colectivos. El impulso por un arte en la calle y de intervención pública está siempre presente en su trayectoria. En 1966 integró el Movimiento Diagonal Cero, liderado por Edgardo Antonio Vigo; además, integró los grupos Esmilodonte, Grupo La Plata, Grupo de los 13, CAYC y Grupo Escombros. Su obra integra las colecciones en museos de España, Estados Unidos y la Argentina, entre otros. En 2020 recibió el Premio Distinción a la Trayectoria de la Academia Nacional de Bellas Artes y el Premio Nacional a la Trayectoria Artística 2020/2021, del Palais de Glace.
KM1 presenta el Casal de Catalunya, un proyecto curatorial y de gestión que se llevó a cabo en Buenos Aires a principios de los años noventa. Joam Prim, gestor, y Diego Fontanet, curador, crearon el proyecto artístico en el Casal de Catalunya, un palacio de estilo modernista ubicado en Chacabuco 863, que se dedicaba a conservar y difundir la herencia cultural catalana. Con su gestión, las salas de tertulia y el salón de té del viejo edificio se transformaron en una galería de arte en la que se realizaron muestras de artistas argentinos consagrados y emergentes entre 1992 y 1993. A partir de su inauguración, se llevaron a cabo muestras de dibujo, pintura, escultura, fotografía, historietas, instalaciones, performances y proyecciones que reunieron artistas de distintas edades y trayectorias. Por sus salas, como puede verse en las imágenes, pasaron artistas como Nicola Constantino, Jorge Macchi, Graciela Sacco, Ana Gallardo, Ernesto Calo, Carlos Caputo, Pablo Páez y Liliana Maresca, con su emblemática instalación Espacio disponible. Sus directores se alejaban de la curaduría convencional y pensaban al público como parte de las exhibiciones, definidas por Fontanet como “obras conceptuales vivas”. En los pocos años que duró el proyecto, el Casal de Catalunya impulsó y visibilizó a artistas, contribuyó a la consolidación de la escena de la época y dejó un gran legado para las generaciones posteriores. Esta herencia se mide por la prolífica producción de eventos, muestras y acciones que enriquecieron la escena artística del momento y que, con la inclusión dinámica de artistas y experimentaciones novedosas, fueron fundamentales para las prácticas artísticas contemporáneas de Buenos Aires.
El grupo escultórico del artista argentino Rogelio de Yrurtia (1879-1950) fue realizado en París en 1922. Está conformado por catorce figuras de gran escala hechas en bronce, que arrastran una gran piedra, símbolo del esfuerzo del trabajo. La obra está guiada por los valores de la modernidad, que manifiestan la confianza en el esfuerzo y el progreso. Es por esto que las siluetas que marchan adelante son guiadas por dos niños hacia el futuro promisorio que llegará en algún momento. Con esta obra Yrurtia se diferencia de los monumentos de la época, al representar cuerpos anónimos, lejos de los monumentos a próceres. La obra se instaló en la Plaza Dorrego en 1927 y diez años después se trasladó a la plazoleta frente a la Facultad de Ingeniería de la UBA, en el barrio de San Telmo, donde se encuentra actualmente. Yrurtia fue un representante en el país de la tradición academicista, influenciado por la obra del escultor francés Auguste Rodin. Sus esculturas se caracterizan por un tratamiento realista propio de los cánones académicos que llevaban a la idealización de las figuras humanas. Se formó junto a los maestros Lucio Correa Morales, Julien y Jules Félix Coutan y recibió el reconocimiento internacional en el Salón de París. En los años siguientes, el Estado argentino le encargó diversos monumentos que se encuentran en la Ciudad de Buenos Aires, como el Monumento al Coronel Dorrego, emplazado en las calles Suipacha y Viamonte, y el Mausoleo de Bernardino Rivadavia, situado en Plaza Miserere.
Fotografía: Guido Limardo
En el corazón del barrio se encuentra El monte de San Telmo, un espacio de talleres que se inició en 2012, dirigido por el artista Tomás Cochello. La casona, ubicada en la esquina de Defensa y Carlos Calvo, fue construida en 1860 y perteneció en sus inicios a la familia French. Años más tarde se convirtió en la botica del barrio, que funcionó durante la epidemia de fiebre amarilla de 1871. Declarada patrimonio histórico, la casa cuenta con una serie de habitaciones con balcones y barandales de hierro. La estructura edilicia fue restaurada y, hasta el día de hoy, en sus 400 metros cuadrados han transcurrido actividades artísticas de diversa índole. Durante la última década, en la que sus habitaciones se han usado como talleres, pasaron por el espacio distintos artistas de varias disciplinas, como cerámica, pintura, arte textil, fotografía, video, escultura y grabado. Actualmente trabajan allí Rafael Audivert, Clara Catalán, Silvina Resnik, Cristina Rochaix, Ana Audivert, Gabriela Golder, Pelícano cine, Lucía Valdivieso, Nuri Quintero, Amalia Dri, Sebastián Camacho, Richard Shpuntoff, Federico Kirschbaum, Axel Alexander, Tomás Cochello y Esteban Pucheta.
Fotografía: Guido Limardo
Este mural ubicado en Chacabuco 879 homenajea al artista Carlos Gorriarena. Realizado en 2019, el mural se ubica muy cerca de lo que fue por muchos años su taller, donde realizó la mayoría de sus obras. La imagen reproduce a gran escala la pintura titulada Sombras, en la que el pintor argentino retrató la caminata de Carlos Menem y Raúl Alfonsín en la Quinta de Olivos en el momento de la transición presidencial de 1989. La obra original, que fue realizada a partir de una fotografía, evidencia el interés del artista por los signos políticos, así como por los colores fuertes y las pinceladas expresivas. El mural, llevado a cabo a pedido de los vecinos, se ubica en altura, en una gran pared semicircular que tiñe de color toda la cuadra.
Contanos, ¿Caminaste alguna vez por esta cuadra? ¿Lo habías visto?
Fotografía: Guido Limardo
Presentamos la fuente Las Nereidas, el monumental grupo escultórico emplazado en la Costanera Sur.
Realizada por la artista argentina Lola Mora en 1903, la escultura se caracteriza por un trabajo sensible del desnudo femenino y capta el momento en el que Venus emerge del agua.
En la mitología griega, las Nereidas eran las cincuenta hijas de Nereo y de Doris, y se las consideraba las ninfas del mar. Considerada como una de las obras más importantes de la artista, fue realizada en mármol de Carrara en Italia y luego trasladada a Buenos Aires. El emplazamiento original de la escultura era la emblemática Plaza de Mayo, pero por el naturalismo de los desnudos se la trasladó a la Costanera Sur en 1918. Esta zona más alejada
de la ciudad, que aún no se había urbanizado, es la que aún hoy rodea a la obra de una naturaleza particular.
Lola Mora (Tucumán, 1866-1936) es una de las escultoras argentinas más importantes del siglo XX. Se destacó por incursionar en espacios vedados a las mujeres de su época, lo que le presentó tanto dificultades como admiración durante su vida. Trabajó durante muchos años entre Roma y Buenos Aires, y seguía el proceso de sus esculturas muy de cerca, desde los bocetos hasta el armado.
Las Nereidas está ubicada en Av. Dr. Tristán Achával Rodríguez 1401, frente a la Reserva Ecológica de la Costanera Sur, y es parte del patrimonio público de la ciudad.
Toda la cartografía fue realizada por Augusto Tovar en el contexto de la intervención La silla de Silvina Babich para KM1.
Presentamos una serie de mapas realizados por el cartógrafo Augusto Tovar, dentro del marco de la acción de Silvina Babich para KM1. En ellos se puede ver el trazado del arroyo soterrado que recorre el barrio de San Telmo, área donde en el mes de septiembre la artista realizó una acción en la que dedicó algunas horas a reparar una silla con el tradicional tejido de junco que solía nacer a las orillas de los arroyos de la zona. Las imágenes de estos mapas la acompañaron durante la acción con el objetivo de visibilizar los ríos y poder ubicar las antiguas cuencas dentro del imaginario urbano.
A principios del siglo XIX, la ciudad de Buenos Aires estaba surcada por arroyos, algunos aún hoy corren bajo tierra. El Tercero del Sur nacía en Parque Patricios, zigzagueaba entre las actuales calles de Perú y Bolívar, cruzaba la calle Defensa, donde recibía las aguas de otro arroyo, formando el Zanjón de Granados. Esta cuenca, que bajaba hacia el Río de la Plata, atravesaba todo el barrio de San Telmo. En 1860, el arroyo fue entubado y en 1890 fue cubierto por la construcción de la primera red de saneamiento.
En 1972, en la emblemática Plaza Roberto Arlt, ubicada en Esmeralda y Av. Rivadavia, se celebró la exposición Arte de Sistemas II – Arte e ideología, organizada por el CAyC (Centro de Arte y Comunicación). El evento, desarrollado simultáneamente en tres lugares: la plaza Roberto Arlt, la sede del CAyC y el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, convocó a más de setenta artistas que reivindicaron el vínculo crítico y poético entre el arte y la sociedad a través del uso del espacio público.
Destacamos la obra de Elda Cerrato, quien presentó unos cilindros metálicos de dos metros de alto en los que caló frases de los artículos censurados de las Aguafuertes porteñas de Roberto Arlt. En el año 2017, La Ene (Nuevo Museo Energía de Arte Contemporáneo) realizó una exposición que actualizó aquella experiencia al invitar a un gran número de artistas contemporáneos a recrear las obras de 1972. Mariela Scafati tomó la obra de Cerrato y propuso reimprimir una selección de textos de Roberto Arlt y repartirlos a los visitantes con la intención de poner en circulación esas palabras que cincuenta años atrás transmitían un alto componente subversivo. Cerrato recreó recientemente una serie de carteles que formaron parte de esa experiencia y que pueden verse actualmente en la exposición Elda Cerrato: El día maravilloso de los pueblos en el Museo Moderno.
Fotografías cortesía de Palacio México
KM1 presenta Palacio México, un espacio para talleres de artistas que funciona en México 1308, una gran casa del siglo XIX en la que residió el embajador de Brasil hasta 1917.
Desde hace veinte años, Palacio México es utilizado como espacio de talleres. En las habitaciones ornamentadas con vitrales azules y rojos traídos de Inglaterra, techos altos y molduras de madera, se ubican los espacios en los que trabajan ceramistas, restauradores y artistas.
En todos estos años han trabajado muchos artistas, entre ellos Pablo Siquier y Jorge Macchi. Actualmente, los talleres son autogestionados por artistas de diferentes generaciones y oficios, como Hernán Rojo, Amparo Viau, Fernando Lancelloti, Daniela Raggio, Calipso Cerámicas y Tomás Vidal, junto con Julia Padilla, Antonella Agesta y Aurora Castillo, quienes participaron recientemente del programa KM1.
Fotografía: Agustina Puricelli
KM1 presenta Pólvora, un espacio para talleres de artistas situado en Venezuela 720, en un gran edificio que anteriormente fue utilizado como pista de baile de milongas y como fábrica de bañeras.
Pólvora es uno de los espacios nacidos en el contexto de la pandemia para satisfacer la necesidad de crear un lugar de encuentro y diálogo entre artistas. En una gran sala de arquitectura fabril se ubican uno junto al otro los espacios de dieciséis artistas que trabajan allí en la actualidad. Los artistas Nadia Martynovich, Ivan Enkin y Alfio Demestre impulsaron este proyecto en 2020 con la intención de convertir las salas del edificio en un espacio de producción, exposiciones, estudios abiertos, presentaciones de libros, ciclos de cine y charlas. Desde su apertura, se realizaron tres exposiciones colectivas: Equinoccio y Solsticio, en 2020, y Artillería, en 2021.
Artistas que producen en Pólvora: Gaspar Acebo, Eugenia Hernández, Julián Matta, Ailen Ibarra, Hernán Kacew, Lukas Rimsky, Johanna Borchardt, Amelia Barros, Mariana Bersten, Agustina Puricelli, Micaela Iribarren, Lucas Barrer y Ernesto Alli, quien participó recientemente en el Programa KM1.
Todas las imágenes pertenecen al archivo de La Verdi.
KM1 te acerca a la obra de artistas de la ciudad a través de sitios que forman parte del mapa artístico y cultural de San Telmo.
Presentamos La Verdi, un espacio de talleres y actividades culturales que funciona desde 2014 en Av. Almirante Brown 726, en la primera planta del centenario Teatro Verdi, pleno barrio de La Boca.
La Verdi es un proyecto colectivo, un espacio de residencias y talleres de artistas, coordinado por Ana Gallardo y Magdalena Petroni. Es un espacio en el que se realizan también actividades públicas como muestras, lecturas, festivales de cine y música, y encuentros de intercambio, debate y construcción de comunidad.
En 2017, La Verdi comenzó un programa de residencias internacionales que derivó en la apertura de una sede en Ciudad de México, donde realizan actividades culturales y residencias que generan un intercambio entre artistas argentinos y mexicanos.
En la actualidad, hay once artistas que tienen en La Verdi su espacio de trabajo, entre ellos, Alfredo Dufour, quien participó recientemente en el programa KM1 del Museo Moderno, Carlos Cima, Martín Farnholc Halley, Antonio Villa, Martín Fernández, Constanza Giuliani, Josefina Labourt, Manuela Aramburu, Agustina Leal, Magdalena Petroni y Rocío Englender.
Fotografías Julián Terán y Francisco Montes, cortesía de Brasil 675, 2021
KM1 te acerca a la obra de artistas de la ciudad a través de sitios que forman parte del mapa artístico y cultural de San Telmo.
Hoy presentamos Brasil 675, un espacio de talleres de artistas dentro de una casona antigua sobre Av. Brasil, muy cerca del Parque Lezama.
La casa, de gran valor patrimonial, tiene tres pisos y una decena de habitaciones. Aunque fue originalmente construida para una familia por los arquitectos Lanús y Hary, durante muchos años tuvo diferentes funciones, como hostel y albergue de adultos mayores. En 2015 comenzó a funcionar Casa Zur, con eventos culturales aislados, muestras de arte y música. Ese mismo año comenzó a ser sede de talleres de la residencia URRA, donde confluyeron artistas de todo el mundo. Entre 2016 y 2019, con varios espacios restaurados, Casa Zur posibilitó el establecimiento de estudios permanentes para artistas argentinos.
Desde 2020, en el contexto de la pandemia, el espacio cambió y sus miembros conformaron el grupo Brasil 675, con la intención de instalar nuevos talleres. El proyecto actual abarca el edificio en su totalidad, donde tienen sus talleres Emilia de las Carreras y Francisco Montes, quienes participaron recientemente del programa KM1, María Carballo, Cervio Martini, Julián Terán, Sofía Gallo y Lucila Gradin. También se realizan exposiciones temporales, estudios abiertos e intervenciones de espacios específicos de la casa por artistas invitados.
(Fotos: 1 a 4 y 6 a 9, de Joaquín Wall; 4, de Sol Navedo. Cortesía Munar)
KM1 te acerca a la obra de artistas de la ciudad a través de sitios que forman parte del mapa artístico y cultural del barrio San Telmo.
Hoy presentamos Boca de fuego, un espacio de talleres para artistas cercano al barrio, que funciona desde 2018 en Munar Arte, ubicado en Av. Pedro de Mendoza 1555, frente al icónico transbordador de La Boca.
En el primer piso, nueve artistas trabajan y desarrollan sus obras durante dos años. El artista Carlos Herrera, director artístico de Munar, realiza también la coordinación de las actividades. El objetivo es acompañar la producción de artistas jóvenes cuyas obras tienen un fuerte vínculo con los materiales, las técnicas y los oficios.
Boca de fuego es un espacio abierto sin puertas divisorias, único para estimular el encuentro y el trabajo grupal. Allí fueron producidas todas las obras que participan en la exposición Ulises Mazzucca: Gimnasia espiritual, que puede visitarse en el Museo Moderno. Mazzuca ha compartido este taller junto a muchos otros, como Cartón Pintado y Aurora Castillo, quienes participaron recientemente en el programa KM1 exponiendo sus obras en distintas locaciones del barrio de San Telmo. Artistas residentes 2020-2021: Cartón Pintado, Inés Beninca, Jazmín Kullock, Matisto, Nazareno Pereyra y Stella Ticera.
(Fotografías: 1 y 6, Guido Limardo; 2, 3 y 4, Archivo Basílica San Francisco)
KM1 te acerca a la obra de artistas de la ciudad a través de sitios que forman parte del mapa artístico y cultural de San Telmo.
Presentamos a Horacio Butler, autor del tapiz que corona el altar de la Basílica San Francisco, ubicada en Adolfo Alsina 380. El tapiz de grandes dimensiones fue encargado para ocupar el altar central, que había sido destruido diez años antes, en los incendios de 1955. La glorificación de San Francisco sorprende por sus 12 × 8 metros. Su realización, a cargo de un conjunto de operarios bajo la supervisión de Butler y la dirección de Santiago Larochette, llevó varios años. El tapiz fue emplazado el 4 de octubre de 1972.
La composición se basa en un grabado alegórico sobre la Orden Franciscana. En la parte superior, la Virgen se apoya sobre un árbol florecido y espinoso que envuelve, más abajo, la imagen de San Francisco junto a flores y pájaros.
Butler había comenzado a trabajar en el desarrollo de las artes aplicadas como forma de dar continuidad a las actividades manuales en una era de avance de la producción industrial de objetos culturales. Realizó muchos otros tapices con imágenes de gran síntesis formal y exquisitas composiciones cromáticas, para los que tomó motivos de su entorno en la zona de Tigre, donde se había instalado. Un ejemplo es La casa violeta, que forma parte de la colección del Museo Moderno desde 1968.
KM1 te propone encontrarte con la obra de artistas de la ciudad en sitios que forman parte del mapa artístico y cultural de San Telmo.
Hoy presentamos a Raquel Forner, quien produjo buena parte de su obra en el barrio de San Telmo. La casa-taller que compartió junto a su esposo, el escultor Alfredo Bigatti, es en la actualidad un espacio cultural dedicado a la difusión y conservación del legado de estos artistas.
La Fundación Forner-Bigatti, ubicada frente a la plaza Dorrego, fue creada en 1982. La casa, construida por Alejo Martínez e inspirada en las ideas del arquitecto modernista Le Corbusier, fue el espacio donde vivieron y trabajaron ambos artistas desde 1937.
La colección del Museo Moderno cuenta con las obras Astromutación, de 1969, y La torre, de 1959. Ambas forman parte de una serie de gran potencia imaginativa que Forner comenzó en la década del cincuenta, cuando se interesó por los viajes espaciales e imaginó seres que habitan otros planetas diferentes al nuestro. Esta serie, considerada absolutamente contemporánea al mismo tiempo que profética, se potenció aún más durante la carrera espacial de los años sesenta y la llegada del hombre a la luna, en 1969. Aún se conservan algunas obras de esta serie en el taller de la artista, junto a algunos de sus materiales de trabajo, como aparecen en el registro actual y en la fotografía de 1976.
KM1 te propone encontrarte con la obra de artistas de la ciudad en sitios que forman parte del mapa artístico y cultural de San Telmo.
Hoy presentamos a Raquel Forner, quien produjo buena parte de su obra en el barrio de San Telmo. La casa-taller que compartió junto a su esposo, el escultor Alfredo Bigatti, es en la actualidad un espacio cultural dedicado a la difusión y conservación del legado de estos artistas.
La Fundación Forner-Bigatti, ubicada frente a la plaza Dorrego, fue creada en 1982. La casa, construida por Alejo Martínez e inspirada en las ideas del arquitecto modernista Le Corbusier, fue el espacio donde vivieron y trabajaron ambos artistas desde 1937.
La colección del Museo Moderno cuenta con las obras Astromutación, de 1969, y La torre, de 1959. Ambas forman parte de una serie de gran potencia imaginativa que Forner comenzó en la década del cincuenta, cuando se interesó por los viajes espaciales e imaginó seres que habitan otros planetas diferentes al nuestro. Esta serie, considerada absolutamente contemporánea al mismo tiempo que profética, se potenció aún más durante la carrera espacial de los años sesenta y la llegada del hombre a la luna, en 1969. Aún se conservan algunas obras de esta serie en el taller de la artista, junto a algunos de sus materiales de trabajo, como aparecen en el registro actual y en la fotografía de 1976.
Gonzalo Lagos (Neuquén, 1988) es artista de danza y curador independiente. Licenciado en Artes por la Universidad de Buenos Aires, desarrolla su práctica en la intersección de la danza, la performance y las artes visuales. Formó parte del Programa de Artistas de la Universidad Di Tella (2017) y sus trabajos se han presentado en el Centro Universitario de Arte (La Plata), el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires, Munar Arte, la Galería Gachi Prieto, la Universidad Di Tella y el Centro Cultural Kirchner, entre otros espacios. Es director artístico y creador de «El asunto de lo remoto». Vive y trabaja en Buenos Aires. La acción forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo.
Para KM1, el artista, performer y curador independiente Gonzalo Lagos realizó una acción en el Mercado de San Telmo. Invitó a la bailarina Alina Marinelli a participar y juntos eligieron una serie de objetos de uno de los anticuarios del mercado. Una silla, un reloj, unos cepillos, entre otros elementos, fueron trasladados a dos de las entradas. Durante aproximadamente dos horas, la bailarina invitaba a elegir un objeto a quienes paseaban por el mercado y les preguntaba cómo se imaginaba que lo podían trasladar juntos hasta algunos de los ingresos. Lagos se propuso generar un momento íntimo entre los cuerpos a través del uso de un objeto que funcionaba como un puente. Con el gesto mínimo de trasladarlos, los pequeños roces y las cercanías hicieron que la acción fuese una experiencia sensible generada por el flujo coreográfico entre la materialidad del objeto, el cuerpo y su expresividad. Su obra produjo imágenes sugerentes y, sobre todo, ofreció una vivencia singular a las personas que participaron.
Convocada por el Museo Moderno, Daiana Rose presenta Gilda callejera, un show performático perteneciente a la serie “Gilda depre”, en el que la artista canta canciones de este ícono de la cumbia con un arreglo melódico que enfatiza el romanticismo de sus letras.
Daiana Rose (Buenos Aires, 1980) es artista visual egresada de la Escuela Nacional de Bellas Artes Lola Mora. Su trabajo se centra en el dibujo y la performance. Sus obras evocan lo sensible y lo cariñoso a través del trabajo con gestos tanto matéricos como corporales. En los últimos años ha generado una serie de performances musicales en las que reflexiona sobre el amor y lo cursi. Forma parte del colectivo Cromo Activismo. En 2019 lanzó su disco Este peludo sentir, con el sello Otras Formas, producido por Lola Granillo. Su última exposición, Caparazón caparazón, fue realizada en Galería Grasa en 2020, con curaduría de Santiago Villanueva, integrada por una serie de dibujos de tortugas realizados en carbonilla.
Invitada por el Museo Moderno para participar del programa KM1, Daiana Rose presentó su performance Gilda callejera, una acción musical frente al Bar Sur en el barrio de San Telmo. La artista, que se define como fan de Gilda, cantó cinco de sus canciones acompañada por el artista Dani Zelko en el piano. Como una forma de resaltar ese momento íntimo en el que Gilda componía sus canciones, Rose quita todo el ritmo de la cumbia de su versión dejando al descubierto la naturaleza de sus letras, románticas, melancólicas y tristes.
La acción forma parte de una serie que se titula “Gilda depre”, que se inició en 2020, con distintas versiones que dependen del lugar en el que se realice. Con un tono teatral que evoca el género del burlesque, Rose realizó una escenografía móvil con dos percheros metálicos de los que colgó plumeros de colores y una cortina de almohadones de terciopelo con tijeras entrelazadas que simbolizaban los corazones perdidos. La artista interactuó con la escenografía durante el tiempo de la presentación para darle dramatismo a la performance.
Gilda callejera forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo.
Esteban Álvarez (Buenos Aires, 1966) estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y continuó sus estudios en Italia, República Checa e Inglaterra. Su obra se centra en la gráfica y en la alteración del uso de los objetos, una estrategia que hace que la circulación del dinero, los sonidos de un celular o un cartel de la vía pública se transformen y adquieran nuevos sentidos. Ha recibido numerosos premios y becas, entre ellos: el II Bisonte, Escuela Internacional de Gráfica de Arte (Florencia, Italia) y la beca del British Council para estudios de postgrado en Middlesex University (Londres, 1999-2000). A lo largo de su carrera ha expuesto en museos e instituciones como Malba, Buenos Aires; Museo MacRo Castagnino, Rosario; Drawing Center, NY, y Galería IFA, Berlín, entre otros. En la actualidad se dedica a la docencia y a desarrollar su obra. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Esteban Álvarez intervino el barrio de San Telmo con su obra Usted está aquí, un cartel vial “puesto en remojo” en dos recipientes de vidrio. El cartel lleva sus parantes manchados de tierra, como si hubiese sido una planta arrancada de su lugar original y, fue colocado en el agua de los frascos, que lo mantiene “vivo” en un sentido alegórico.
Esta obra, realizada en 1997, fue expuesta en la Galería Álvaro Castagnino y en el premio Klemm. Ahora, pasados más de veinte años, salió del taller y de la sala como lugar de exposición y encontró un nuevo contexto: la calle. En el espacio público, Álvarez modifica la función del cartel vial, destinado a ordenar una acción, y lo transforma en una indicación estática en el puro presente. La frase “usted está aquí”, que se lee en letras blancas sobre el cartel metálico verde, señala no solo un espacio sino un tiempo preciso y delimitado. En el contexto de pandemia, la obra llama a revisar nuestras experiencias y señala una nueva noción espacio-temporal que emergió en el último año, cuando el “aquí” se convirtió en lo único posible.
La acción forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo.
Usted está aquí, Cartel metálico de 200 × 220 cm sostenido sobre dos frascos con agua, San Telmo, 2021
José Luis Landet (Lomas de Zamora, 1977) estudió artes visuales en La Escuela Nacional “La Esmeralda”, en Ciudad de México. Artista prolífico y de larga trayectoria, suele trabajar con imágenes que encuentra y con las que compone un nuevo archivo histórico con ejes conceptuales y culturales alternativos. En su obra pone en evidencia no solo la materialidad de los elementos que encuentra, sino también la carga depositada en ellos por la memoria, el paso del tiempo y el uso. Ha realizado exhibiciones alrededor del mundo, entre las que se destaca su reciente muestra El atajo, en el Museo Marco de Buenos Aires. Ha participado en ferias como Scope Art Fair (Miami y Nueva York), Art Miami (Miami), ArteBA (Buenos Aires), Zona Maco (Ciudad de México), Artissima (Turín, Italia), entre otras.
En los últimos años, José Luis Landet ha trabajado a partir de la recuperación de pinturas de paisajes del siglo pasado realizadas por pintores amateur, que se encuentran en los mercados de pulgas de la ciudad. Estos “pintores de domingo” realizaron una gran cantidad de obras que, para el artista, simbolizan formas alternativas de mirar la naturaleza y la historia de la pintura.
Para KM1, el artista armó una estructura de dos metros de alto en la que ensambló más de 30 bastidores reciclados y la emplazó en Costanera Sur, frente a la Reserva Ecológica. Utilizando tanto las telas como sus bastidores, Landet armó una suerte de monolito autoportante que le dio un nuevo marco al entorno. Una serie de firmas recortadas de las pinturas aparecen ubicadas sobre la retícula de madera, en un gesto de recuperación de estos nombres de artistas nunca considerados por la historia.
La obra propone mirar la naturaleza desde el fragmento y el detalle, para reinventar el paisaje y generar nuevas formas de mirar y acercarse a lo natural. Con la firma como gesto y el recorte como encuadre, aparece un nuevo punto de vista sobre esta zona verde, que recupera la memoria de quienes la observaron en otro tiempo.
La acción forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo.
José Luis Landet, Reinventar el paisaje, Estructura de 200 × 200 cm, conformada por 33 bastidores de madera y recortes de firmas de pinturas de óleo sobre tela, Costanera Sur, 2021
Silvina Babich (Burzaco, 1969) estudió Bellas Artes en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. Se ha desarrollado como artista y curadora focalizándose en el vínculo entre naturaleza y cultura en las áreas ribereñas de distintas partes del mundo y, en particular, de la cuenca del Río de la Plata. Alrededor de la figura del río crea programas transdisciplinarios que unen tecnologías artesanales y performáticas. Desde hace varios años se capacita e investiga con artesanos y productores sobre fibras naturales, sus usos y aplicaciones. Es fundadora y regente de Ala Plástica, organización artístico-ambiental que conecta métodos ecológicos, sociales y artísticos, y de Base Riachuelo Programa Estuario, espacio multidisciplinar que explora los cruces entre arte y comunidad. Sus proyectos se han exhibido tanto en la Argentina como en Uruguay, Alemania, Inglaterra, entre otros países. En 1992 inició su proyecto La silla, que continúa hasta la actualidad.
Silvina Babich desarrolla su obra en torno a los cruces entre naturaleza y cultura, centrándose en las áreas ribereñas de distintas partes del mundo y, en particular, de la cuenca del Río de la Plata. En 1992 inició su proyecto La silla, en el que recolecta sillas desechadas, rotas y en desuso y las rehabilita con la técnica tradicional del tejido en junco, una planta larga y fibrosa que es la primera que coloniza las costas de los ríos. En relación con las zonas hídricas, este material ha sido utilizado para la manufactura de cestería desde tiempos ancestrales.
A partir de la revalorización de este oficio, Babich crea acciones en las que enseña la técnica en espacios públicos con la intención de revalorizar lo comunitario y la transmisión oral de saberes y oficios. Con su acción devuelve la utilidad a las sillas descartadas, consideradas como basura, para postular una interrogación sobre la vida útil de los objetos.
Para KM1 la artista ubicó varias de sus sillas tejidas en la vereda de Bolívar y Chile en el barrio de San Telmo, recreando el camino sinuoso del arroyo que solía pasar en tiempos de la colonia por este lugar y que hoy corre bajo tierra. Luego se sentó a tejer generando un momento interactivo en el que los transeúntes podían acercarse, preguntar, conversar y aprender la técnica.
Con su obra, Babich genera un diálogo entre la orilla de la calle y la orilla del río, redimensionando el espacio público e incluyendo las cuencas hidrográficas dentro del imaginario urbano y colectivo. La acción forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo.
Silvina Babich, La silla, acción performática relacional de rehabilitación de sillas desechadas con la técnica del tejido en junco, Bolívar y Chile, San Telmo, 2021.
Ernesto Alli (Quilmes, 1981) es egresado de la Licenciatura y Profesorado en Artes Visuales de la Universidad Nacional de las Artes. Cursó la Beca Yungas, coordinada por Raúl Flores bajo la tutoría de Lolo y Lauti (2019-2020). Participó en el Programa PAC en Galería Gachi Prieto (2019). Participó en la residencia Kooshk Residency en Teherán, Irán, en donde realizó una muestra individual en la galería Ogallery (2018). Obtuvo la Mención Especial del Premio de pintura Banco Central (2019) y la Mención del Premio Estímulo a la Performance Colección Brun-Cattaneo. Participó en las muestras colectivas Yungas La Prensa, en el edificio La Prensa (2021); Mi vereda edición 6, curada por Vale Vilar (2020), y Testimonios de lo que solía ser, en Galería Gachi Prieto (2019), entre otras. Sus obras forman parte de varias colecciones privadas. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Ernesto Alli desarrolla sus obras en torno al imaginario de las ferias medievales y las tradiciones que llegan hasta nuestros días a partir de ellas. Estas ferias temáticas contemporáneas simbolizan para el artista una intersección entre el pasado y el presente y un espacio para el juego y la imaginación. Alli usa como referencia objetos que han perdurado en el tiempo y los retoma en un acto nostálgico. Como parte de este proceso, en los últimos años ha realizado una serie de esculturas en las que cambia la escala de objetos cotidianos para acentuar su aspecto fantástico.
En su participación en el programa KM1, Alli presenta su obra Al don pirulero, un emplazamiento de dos esculturas de resina de 190 cm de largo con la forma de los chupetines conocidos como “pirulines”, ubicadas en el área de juegos del Parque Lezama. Los dos pirulines gigantes se emplazaron en las hamacas y en el subibaja, vinculando el arte con el juego, el humor y la imaginación.
La acción forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo.
Ernesto Alli, Al don pirulero, intervención consistente en el emplazamiento de dos chupetines de resina de 1,90 m de longitud en la zona de juegos de niños del Parque Lezama , San Telmo, 2021
Julia Volpato (Buenos Aires, 1992) se formó como diseñadora industrial y asistió a talleres y clínicas con distintos artistas. En 2017, su obra Rodamientos recibió el primer premio de la 15º edición del certamen Proyecto A. En 2018, obtuvo una beca para realizar una residencia de tres meses en la Fundación Armando Alvares Penteado, en São Paulo. Durante ese mismo año, participó en el Programa de Artistas de la Universidad Di Tella y fue becaria del Centro de Investigaciones Artísticas, Buenos Aires. En 2019, realizó xx, su primera exposición individual en la ciudad de Bogotá. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Julia Volpato toma materiales y procedimientos del diseño industrial y los aplica al arte. En los últimos años, ha desarrollado una serie de calcos escultóricos de tapas de cloacas y tendidos eléctricos. Para realizarlos, sigue un procedimiento que consiste en elegir las tapas que le interesan, ya sea por su dibujo reticular o por la forma de sus inscripciones, y realizar sobre ellas un frottage, técnica en la que se frota una tiza sobre un papel colocado sobre la pieza a calcar. El resultado es el registro de la forma y textura de la tapa elegida, que luego se transfiere a placas de madera que son caladas y pintadas para darles un aspecto de hierro brillante.
Para su participación en KM1, Volpato decidió exhibir al público este proceso, convirtiéndolo en una acción performática y una intervención urbana. La artista realizó una serie de registros de tapas de las calles de San Telmo que permanecieron en la vía pública exhibidos en una valla publicitaria del barrio para que los transeúntes pudieran observarlos y llevárselos a sus casas. Asimismo, como un gesto de reconocimiento hacia una zona de la ciudad que solía dedicarse a la producción industrial, la artista ubicó una de sus esculturas en la intersección entre Av. Paseo Colón y Av. Martin García, un enclave donde solía haber fábricas.
La acción forma parte del programa Km1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo.
Julia Volpato, Registro superficial, Frottage de tapas de alcantarilla sobre papel emplazados en valla publicitaria y pieza escultórica de MDF situada en Av. Paseo Colón y Av. Martín García, San Telmo, Buenos Aires, 2021.
Alfredo Dufour (San Juan, 1989) es Licenciado en Artes Plásticas, egresado de la UNCuyo, Mendoza. Realizó las residencias MARCO Arte Foco, Fundación Tres Pinos, Bs. As. (2018/19) y Can Serrat, Barcelona (2017). Asistió al Programa de Artistas Universidad Torcuato Di Tella (2016) y Yungas (2013). Fue seleccionado en la Primera Bienal Nacional de Dibujo del Museo de Bellas Artes Franklin Rawson (2019), el Premio Fundación Fortabat (2019), el Premio Braque, (2019) y el Salón Rosa Galisteo (2017). Ganó la Beca de Formación del FNA (2016) y obtuvo la mención especial del jurado en el Salón de Pintura Banco Central (2015). Participó en el Salón Nacional de dibujo (2015) y en el premio Fundación Andreani (2015). Realizó las muestras No me digas entiendo, en MARCO (2019); Germán, Galería Constitución (2018); Las cosas simples, en el Museo Franklin Rawson de San Juan (2018); Dibujos animados, en Imagen Galería (2016), y Diciendo mentiras por David Bowie, en Centro Cultural Julio Le Parc (2013). Vive y trabaja en Buenos Aires.
Confitería es el título de la intervención de Alfredo Dufour en el Bar Británico, uno de los cafés notables del barrio de San Telmo. Dufour eligió transformar este espacio con su serie escultórica de medialunas y limones. En estas piezas, los materiales y artículos cercanos al mundo de las manualidades, como pelotas o telgopor, se trasladan al lenguaje de la escultura generando escenas surreales y cambiando el uso habitual de los objetos.
Con su obra, Dufour resaltó la belleza de los alimentos subrayando su lado pintoresco. La entrada del bar fue ornamentada con una gran bandeja negra con destellos blancos, que puede ser vista como una noche estrellada o como una clásica asadera enlozada. En el centro de esa superficie, una medialuna flota solitaria. Esta obra inicia la instalación que se despliega en las mesas, en la barra y las ventanas del bar.
En sus piezas, Dufour congela pequeños instantes cotidianos, como sumergir una medialuna en el café con leche o servir una docena de facturas en un plato, que se convierten en un hecho escultórico. Con su acción, el artista genera un vínculo entre la poética del arte contemporáneo y la de uno de los cafés más tradicionales del barrio.
La acción forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo.
Alfredo Dufour, Confitería, intervención en el Bar Británico, San Telmo, 2021.
Julia Padilla (Buenos Aires, 1991) realizó clínica de obra con Ernesto Ballesteros y José Luis Landet, y programas de formación como Artistas x Artistas (fundación El Mirador), PAC (Gachi Prieto Galería) y ABC (Pan y arte). Obtuvo una beca de la UNDAV para realizar la Maestría de Estéticas Contemporáneas Latinoamericanas (CIA). Acudió al taller Spooky Visión, dictado por Nicanor Aráoz y Flavia Da Rin. Tomó talleres de escritura con María Gainza y Silvia Gurfein. Realizó muestras individuales en Fundación El Mirador, Naranja verde y Gachi Prieto Galería. Forma parte de muestras colectivas en el Centro Cultural Recoleta, Munar, Cecilia Caballero, Granate galería y Panal 361. Participó en los premios UADE, Fundación Andreani, Fundación Williams (textil y de escultura), Ópera Prima en la Casa del Bicentenario, Proyecto A y la Bienal de arte joven.
Julia Padilla intervino el Parque Lezama con su instalación Piel rizoma, en la que una serie de piezas entraron en diálogo con el espacio verde. Su obra se caracteriza por el encuentro de texturas y formas que despiertan el sentido del tacto. Esculturas que parecen huevos, insectos, frutos, orejas o bichos desconocidos fueron ubicadas por la artista entre árboles y raíces. Así, estas criaturas híbridas y extrañas se camuflaron con el ecosistema.
Cada uno de los objetos de Padilla remite a una morfología primaria, compartida por animales y plantas. En su obra, la artista fusiona materiales orgánicos y artificiales, generando conexiones y vínculos entre lo humano y lo no humano.
Para su instalación, Padilla eligió dos zonas del parque para señalar la extrañeza de sus árboles y la flora y fauna que lo habitan. Entre estos, se destaca el llamado “árbol de papel”, en el que ubicó en una rama un objeto que parecía un extraño fruto blando del que pende un mechón de pelo. En otra área verde del parque, colocó dos esculturas en forma de oreja para escuchar atentamente los sonidos del parque.
La acción forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo.
Julia Padilla, Piel rizoma, instalación escultórica ubicada en Parque Lezama, San Telmo, 2021.
Emilia de las Carreras (Buenos Aires, 1989) es artista visual. Realizó clínicas de obra con Fabiana Barreda, Osías Yanov, Luciana Lamothe y Ernesto Ballesteros. Participó en muestras colectivas en espacios como Centro Munar, Museo de Arte MBA MAC de Bahía Blanca, La Verdi, galería El Mirador, entre otros. Participó en la Beca ABC 2014 y Proyecto PAC, y fue becada en 2018 para el programa de formación de Artistas x Artistas, dirigido por Florencia Rodríguez Giles y Tomás Espina. Asistió a la clínica Spooky Visión, a cargo de Nicanor Aráoz y Flavia da Rin. En 2015, ganó el concurso Proyecto A, con el que realizó Luego, su última muestra individual. En 2019, fue seleccionada por la Bienal de Arte Joven y Premio Itaú Cultural. Es parte del equipo docente de Vergel, en el programa “Pintando en el Hospital”. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Convocada por el Museo Moderno, Emilia de las Carreras presenta Harapos diabla, obra perteneciente a una serie de móviles de gran formato, en los que la artista usa diferentes elementos recolectados en sus caminatas diarias, como chapitas metálicas o alas de mariposas, y cabellos trenzados propios y de sus amigos. Al concentrarse en lo que normalmente es desechado o ignorado, de las Carreras teje una constelación de los espacios que transita y, a la vez, les da nueva vida y movilidad a los objetos.
De las Carreras se define como una artista “ciruja”. Durante sus recorridos está siempre mirando el suelo, recogiendo pequeños tesoros que transforma luego en material para su obra, que confecciona como si se tratase de un ritual. Así, la artista se relaciona en forma afectiva con los objetos y resalta su vulnerabilidad y resistencia.
El móvil, de más de dos metros de largo, fue ubicado frente a la Nueva Librería, en la intersección de las calles Balcarce y Estados Unidos. La pared naranja le sirvió de fondo y de sostén para que el móvil cobrara vida y pendulara con el viento y para llevar a gran escala parte del micromundo urbano.
La acción forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo.
Emilia de las Carreras, Harapos diabla, móvil conformado por chapitas, hilo tanza, mariposas y mechones de pelo trenzado ubicado en Nueva Librería, San Telmo 2021.
Daniel Basso (Mar del Plata, 1974) cursó estudios de pintura en la Escuela Superior de Artes Visuales de Mar del Plata. Fue becado por Fundación Antorchas, el Fondo Nacional de las Artes, Fundación Telefónica, TRAMA (patrocinado por la Rijk Academie) y el Ministerio de Cultura de la Nación. Realizó las exposiciones individuales Bijouterie para camiones (Galería Appetite, Bs. As., 2008), Tour blando (Centro Cultural Recoleta, Bs. As., 2016) Maple&Co. (Fundación OSDE, 2017), Richmond, Reggo, Real (Galería The White Lodge, Córdoba, 2018) Farola. Tapiz. Túnica (Calvaresi Contemporáneo, Bs. As., 2019), entre otras. Ha mostrado su trabajo en forma colectiva en numerosas exposiciones, bienales, ferias y salones. Su obra forma parte de colecciones públicas y privadas. En 2017 fue seleccionado para el premio Braque y en 2019 recibió el primer Premio Itaú en Artes Visuales. Realizó una residencia de tres meses en Atelier Mondial, Basilea, Suiza, y en 2009, junto al artista Juan José Souto, fundó en Mar del Plata el proyecto Mundo Dios, referencia del arte contemporáneo a nivel nacional. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Daniel Basso es un artista marplatense de gran trayectoria. Su obra se centra en el desarrollo de piezas escultóricas entre lo decorativo y lo utilitario. Basso toma como referencia el estilo decorativo de los chalets de Mar del Plata construidos en los años cincuenta y sesenta, haciendo especial foco en sus molduras y materiales característicos.
Para KM1, el artista presenta Bijouterie para camiones Real State, una intervención sobre el frente de un camión de mudanzas con piezas inspiradas en columnas arquitectónicas y una gran joya de acrílico brillante. Con esta acción, Basso genera una doble transformación de los objetos. Por un lado, cambia el contexto y la escala de los elementos arquitectónicos convirtiéndolos en joyas preciosas y, por otro, utiliza el camión como cuerpo y soporte. Los espejos del camión se convierten en orejas y el frente, en la base para un gran prendedor.
Aunque esta serie fue exhibida en la galería Apettite en 2008, esta es la primera vez que se presenta en un vehículo en una calle de la ciudad de Buenos Aires. Al exhibir las obras en el espacio público, se concreta la intención del artista de exhibir esta bijouterie para camiones en el soporte y en el espacio para los que fue diseñada.
La acción forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo.
Daniel Basso, Bijouterie para camiones Real State, intervención de piezas de madera y acrílico sobre camión, San Telmo, 2021.
Mariano Altamirano (Buenos Aires, 1988), conocido como Cartón pintado, es pintor y músico autodidacta. Se inició en el arte pintando en su habitación unos grandes cartones que encontraba en la calle. Durante 2019 participó en muestras colectivas en el Centro Cultural Haroldo Conti y en la galería Alpha Centauri, en Buenos Aires. En el año 2020 realizó su primera muestra individual en la galería Quimera, con la curaduría de caterine ful lov (proyecto de Nina Kovensky y Lucía Reissig). Actualmente es artista residente de Munar / Boca de Fuego. Paralelamente compone y canta canciones de amor y toma clases de ritmos urbanos y twerk. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Cartón Pintado produce una serie de collages llamativos, llenos de color y fuerza. Utiliza cartón reciclado como soporte y lo interviene con óleo, acrílico, aerosol y objetos como cordones de zapatos. En sus pinturas aparecen personajes, entre mitológicos y domésticos, que producen un recorrido íntimo y sensorial en el que despliega su imaginario afectivo.
Para KM1, el artista intervino una bicicletería del barrio de San Telmo con cinco pinturas. Se trata de un gesto amoroso y humilde. Retratos de sus amigos y mascotas se mezclan con animales fantásticos, mujeres araña, seres alados y brillantes.
Con su obra, Cartón transforma lo cotidiano, dándoles nuevos usos a los materiales y agregándoles magia a las superficies. Un ejemplo claro de este procedimiento es la obra de la MariPosa, ubicada en la puerta de ingreso a la bicicletería, en la que dos cajas de pizza se transforman en alas. En un juego entre lo popular y lo preciosista, esta obra simboliza, según el artista, lo efímero del tiempo y las formas necesarias para disfrutar correctamente de él.
La acción forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo.
Cartón Pintado, Onda fixie, intervención con cinco óleos y acrílicos sobre cartón en bicicletería “Mila”, 2021.
Francisco Montes (San Fernando, 1995) realizó estudios en la Universidad del Cine y estudió música en el Conservatorio Juan José Castro. Participó en el programa de Artistas x Artistas y en el programa de CIA. Estudió pintura con Mariana López y realizó clínica y talleres con Fernanda Laguna, Santiago Villanueva, Javier Villa, Carla Barbero y Roberto Jacoby, entre otros. Formó parte de El burro y la moto (2018), una muestra curada por Nicanor Aráoz y Flavia Da Rin, y realizó su primera muestra individual, La casa del incesto (2019), en una casa abandonada. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Siesta unicornio es el título de una serie de pinturas que Francisco Montes realizó en los ventanales del garaje “El Triunfo”, un estacionamiento de un antiguo edificio de la calle México, en el barrio de San Telmo. Montes pintó cuatro ventanales del espacio con figuras que representan el reflejo de una mariposa, bañistas de otras dimensiones y un unicornio durmiente. La obra de Montes evoca la fantasía y el ocultismo.
En los últimos años, el artista ha realizado pinturas sobre superficies traslúcidas, como vidrios o plásticos transparentes. Así, subraya la voluntad ritual de su pintura, una forma que aspira a funcionar como un portal hacia otros estados perceptivos. Es común que en sus pinturas se retraten animales y criaturas extrañas que hacen referencia a los bestiarios medievales. Asimismo, Montes reemplaza el pincel por el aerógrafo como herramienta principal, con lo que logra formas de límites difusos que otorgan una atmósfera onírica a sus piezas.
En esta serie, Montes hace referencia a los tapices medievales que se encuentran en la colección The Cloisters del Museo Metropolitano de Nueva York. En estos aparece la figura central del unicornio, que simboliza la figura de Cristo, la inmortalidad y la sabiduría. La insistencia de Montes en traer al presente esta figura da cuenta de la supervivencia de elementos míticos del pasado en el presente y de su resignificación en la cadena de transacciones económicas actuales.
La acción forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo.
Francisco Montes, Siesta unicornio, intervención de los ventanales del garaje “El Triunfo, pintura acrílica y aerógrafo sobre vidrio 2021.
Aurora Castillo (Buenos Aires, 1987) estudió en el Instituto Vocacional de Arte Manuel J. de Labardén (IVA) y en la Escuela de Bellas Artes Rogelio Yrurtia. Se formó en las clínicas de Diana Aisenberg desde el año 2013. Asistió a los talleres de Eduardo Stupía y Alejandra Seeber, en el Programa de Artistas de la Universidad Torcuato Di Tella en 2012, y de Paula Massarutti y Severine Hubard en el Centro de investigaciones Artísticas (CIA), en 2013. En 2017, realizó un taller de escultura con Luis Terán. Participó de la residencia Boca de Fuego, en Munar Arte, con coordinación de Carlos Herrera durante 2018 y 2019. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Las dos grandes telas que Aurora Castillo deja caer desde unos balcones, con su liviandad y transparencia, aspiran a disolver su materia y a convertirse en puro color. Con ellas, la artista investiga el límite inestable entre pintura y escultura, y se pregunta si el color solo puede generar un espacio, ocupar un lugar, convertirse en cuerpo, ser él mismo una escultura.
Sus piezas, con una escala superior a la humana y su parecido con las banderas, recuerdan la ambición pública de la escultura monumental. Pero las obras se alejan rápido de esas referencias y las tuercen, para acercarse y hacer nido en las tradiciones femeninas del arte textil y en la paleta del mundo infantil. Así, traman una alianza con un mundo fluido y en movimiento, con tradiciones artísticas a la vez alternativas y domésticas.
Las telas fueron exhibidas por primera vez en el marco de la exposición Un bosquejo de la intemperie, organizada en Munar, La Boca, en 2019. Ahora, colgadas en un balcón de San Telmo, unen su vuelo sutil con la arquitectura emblemática del barrio y generan una nueva puesta, donde tela y hormigón se comunican y complementan para armar una composición que reclama una vida más orgánica, más blanda, más amable.
La acción forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo.
Aurora Castillo, Gauzy, intervención urbana con telas de voile pintadas sobre fachada, 2021
Antonella Agesta (Temperley, 1993) estudió Artes Visuales y se especializó en pintura en la Universidad Nacional de las Artes. Participó en clínicas y talleres de formación independiente, como el Programa de Artistas de la Universidad Di Tella en su edición 2017. Desde 2017, ha participado en exposiciones tanto colectivas como individuales, entre ellas se destacan la Bienal de Arte Joven en Centro Cultural Recoleta (2017), el Premio Itaú Artes Visuales en Casa Nacional del Bicentenario (2018), Ya nos estamos yendo, en la Universidad Di Tella (2018), el Salón Nacional de Rosario edición 73 (2019) y Antosofías, en Selvanegra Galería (2019). Antonella es docente en talleres de arte para niños y adultos. Se desempeña como redactora en Jennifer, revista digital de arte y actualidad desde 2019. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Antonella Agesta interviene tres vidrieras de anticuarios tradicionales del barrio de San Telmo con una serie de pinturas de formatos variados. En ellas, la artista retrata objetos antiguos y preciosos desde una perspectiva íntima y fantasiosa.
Para la artista, la instalación es una manera de hacer que las pinturas regresen a su origen. La serie de obras, en las que objetos casi mágicos se recortan sobre cortinados, surgieron de una investigación en la que Agesta caminaba y recorría anticuarios, buscando y encontrando elementos antiguos con los que se vinculaba simbólica y afectivamente para luego pintarlos.
A través de su obra, en la que relaciona la pintura contemporánea con la tradición y la historia, Agesta les da un poder casi mágico a estos objetos. A veces por su tratamiento delicado y detallista, otras por la aparición de telones envolventes que se abren como portales a otros puntos del universo, las piezas aparecen como joyas, talismanes o amuletos que conjuran el pasado y la taumaturgia.
La acción forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo. Agradecemos a Anticuario Finocchi, Calvaresi Antiquariato e Imperio Antigüedades por su participación.
Antonella Agesta, Eclipse, instalación pictórica en anticuarios de San Telmo, 2021
Nina Kunan (1990, Buenos Aires) es artista visual y Licenciada y Profesora en Artes por la Universidad de Buenos Aires. Estudió costura y tapicería y asistió a una clínica y taller de obra con Marina De Caro. Fue agente del Centro de Investigaciones Artísticas en 2018. Se formó en pintura y dibujo con Eduardo Stupía (Universidad Torcuato Di Tella 2015 y 2016), Alfredo Londaibere y Bárbara Low. Ganó la beca de intercambio BECAR Cultura (Turín, 2019) y la Beca Creación del Fondo Nacional de las Artes (2018), fue seleccionada en el Salón Nacional (2021), obtuvo los premios KLEMM (2019), Proyecto-A (2017) y participó en las Residencias RARO Madrid (2017). En 2020 abrió su sexi-shop Arrepentida. Integró los equipos de proyectos autogestivos y colectivos como La Baranda Galería, Editorial Muchas Nueces y Proyecto NUM.
Convocada por el Museo Moderno, Nina Kunan vistió los bolardos de la esquina de las calles Chile y Perú y las columnas de Parque Lezama. Así, la artista continúa con su serie de señalamientos en el espacio público, en los que interviene algunos mobiliarios urbanos con accesorios textiles confeccionados manualmente.
Con estas acciones, la artista subraya elementos del diseño urbano que son tan cotidianos como ignorados. Kunan devela la sensualidad de estos objetos a través de un gesto entre humorístico y cariñoso, e invita a relacionarnos con la ciudad de una manera más táctil y lúdica.
En su trabajo, Kunan se ha interesado especialmente por el fetichismo, la parafilia y la capacidad de seducción de los objetos. El cierre, el ocultamiento y el develamiento, el reencuadre de lo señalado, las telas plásticas y brillantes son elementos recurrentes en su trabajo, que dan cuenta de una aproximación sensual a aquello que nos rodea.
La acción forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas que el Museo Moderno lleva adelante en el barrio de San Telmo.
Nina Kunan, Vestido público, intervención textil a medida sobre bolardo en las calles Chile y Perú y en una columna del Parque Lezama, 2021
Julieta Tarraubella (1991, Argentina/Perú) es artista visual y diseñadora de Imagen y Sonido, egresada de la UBA. Sus obras investigan la relación entre los afectos, el cuerpo y la tecnología. En 2014 ganó la Beca Escala AUGM de intercambio para estudiar Artes Visuales y Medialogía en UNICAMP, Brasil. Fue seleccionada, en 2015, para el programa de pasantías de la Colección Peggy Guggenheim, Venecia, Italia. Durante 2017, participó en el Programa de Cine de la Universidad Torcuato Di Tella. En 2019 ganó el premio de la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires.
En 2020 ganó una mención del Concurso de Fotografía y Video de la Fundación Bunge &Born y fue seleccionada para exhibir en el Festival Byte Footage. Su obra forma parte de reconocidas colecciones argentinas. Vive y trabaja en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
Búnker es una performance en la que tres personas con gafas de matriz led atraviesan un paisaje urbano distópico. En las gafas se reproducen continuamente titulares de noticias extraídas de portales de internet. Los personajes caminan y recorren una ciudad enceguecidos por la información que consumimos a diario, o, quizás, observan la realidad a través del filtro deformante de las noticias y los titulares periodísticos.
Búnker fue presentado por primera vez en el marco de la exposición Perfuch, en la galería UV de Buenos Aires, en 2018. En esta ocasión, la artista seleccionó espacios cercanos a las recovas y la autopista, en el Barrio de San Telmo que, por su gran escala y tonos grises, remiten a una ciudad postindustrial y deshumanizada. Como varias de sus piezas, Búnker cuestiona el vínculo que establecemos con la tecnología y cómo esta modifica nuestras percepciones.
La acción forma parte del programa KM1, una serie de intervenciones artísticas en el barrio de San Telmo que el Museo Moderno lleva adelante.
Julieta Tarraubella, Búnker, performance en el espacio público, 2021