Bruno Juliano

Durante la residencia, me interesa poder conversar con los equipos o referentes del Museo Moderno involucrados en las instancias expositivas, de accesibilidad, educación, inventario y resguardo, a fin de compartir y ampliar las experiencias que llevamos a cabo en nuestro actual trabajo de investigación y extensión, en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán.

Con el objetivo de orientar la discusión, propongo un caso concreto, a partir de un hallazgo. Obra nº 163, de Raúl Lozza, es un óleo sobre madera realizado en 1948, que pertenece a la colección de esa Facultad. La pieza es cercana a Obra nº 171, de la colección del Museo Moderno, fechada en el mismo año. Esta proximidad, no solo temporal sino material y compositiva, habilita tres instancias de trabajo. 

En primer lugar, sobre el estado de la pieza Obra nº 163 y su posible restauración. A partir de un diagnóstico previo, advertimos que la obra necesita una intervención. Al corriente del trabajo de Pino Monkes —jefe de Conservación del Museo Moderno— y su visión acerca de la conservación a partir del libro Bajo la superficie. Siete diálogos sobre la materialidad en la abstracción argentina (Colección Despierta del Moderno, 2023), propongo analizar el caso con él o con referentes de su equipo.

En segundo lugar, sobre la abstracción en la Argentina y especialmente en Tucumán. En mi tesis doctoral, pensé el inicio de la abstracción en Tucumán a partir de una pintura de la serie de los charcos, de Timoteo Eduardo Navarro, realizada en los primeros años de la década de 1960, para replantear la supuesta primacía figurativa que la historiografía clásica del arte demarca en el mismo período en nuestra provincia. La obra de Lozza, su llegada e implicancia en las producciones de Tucumán nos interpela para trabajar en la tensión en torno a la abstracción geométrica en el territorio del NOA, en relación con Buenos Aires y otras regiones del país y América Latina. Sobre esto, el abordaje de María Amalia García —quien introduce el libro de Monkes— acerca de la abstracción en la Argentina y Brasil en torno del arte concreto se constituye en una referencia ineludible desde la cual es posible volver sobre la colección del Museo Moderno y sus exposiciones, entre ellas Arte no figurativo (1960), Abstractos informales y geométricos (1991), Vida abstracta (2022-2023).

Por último, me impulsa un interés particular por las imágenes y las superficies, como una opción por asistir a los lugares donde sobrevive la memoria. Al mismo tiempo, me interesa considerar la imagen política en su materialidad, a través de la cual se abre al contacto con el espectador y habilita la manipulación desde un soporte no solo visual sino también háptico.