El proyecto que llevaré adelante implica desarrollar una investigación y producción a partir del centenar de obras que pertenecieron a la colección personal del artista Alberto Heredia.
En un primer momento, me interesa investigar esa colección para identificar y relevar sus particularidades, y averiguar los posibles vínculos entre Heredia y los artistas de su acervo. Me pregunto por la heterogeneidad que puede llegar a presentar ese conjunto de obras, y quisiera, al mismo tiempo, realizar una comparación con el patrimonio del Museo para indagar sobre qué dicen y cómo dialogan ambas colecciones.
En una segunda instancia, quisiera trabajar con la casa Alberto Heredia como espacio y plataforma doméstica en donde, seguramente, se exhibieron algunas obras de su colección, de manera que habitaron el lugar con el propio artista. Pienso tomar sus paredes, rincones y espacios para abordar, desde lenguajes tales como la pintura y el dibujo, posibles montajes y mapas que conecten esas obras: una especie de curaduría que se vaya configurando a partir de lo que investigue y, también, de poner en juego relaciones intersubjetivas, temporales, espaciales y artísticas. Espero construir, así, montajes en los que se puedan sumar otras obras, imágenes o elementos que pueda ir recolectando, haciendo uso de lo fragmentario como una posibilidad para configurar relatos no lineales y conexiones inesperadas. En cierto modo, quisiera dejarme instruir por lo que encuentre, por lo que Heredia señale —en sus obras, en sus archivos, en su casa— y por la experiencia misma, los recorridos, los vínculos y los intercambios.
A diferencia de las lógicas archivísticas o de las búsquedas teleológicas de las ciencias, creo que la potencia de investigar y hacer desde la práctica artística radica en el hecho de que allí se admite la posibilidad de una exploración que no está necesariamente normada, que puede sostener y configurar diversas ficciones, escapar a lógicas establecidas y dar apertura a un sinfín de posibilidades para otras formas de conocer, pensar y hacer, que apuesten a la potencia movilizadora de los enigmas, de los hallazgos y de las intuiciones o las señales.
Valeria López Nació en Cipolletti, provincia de Río Negro. Desde 2006, vive y trabaja en Córdoba. Es licenciada en Pintura y Especialista en Producción Artística Contemporánea por la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba, donde se desempeña actualmente como docente e investigadora. Ha continuado sus estudios en el Programa de Artistas de la Universidad Torcuato Di Tella (2021/2022) y en talleres y clínicas con múltiples agentes culturales.
Ha recibido las siguientes becas del Fondo Nacional de las Artes: para finalización de obra (2022), Creación (2021), Formación (2018) y Taller de Producción y Pensamiento en Artes Visuales (2015).
Realizó las residencias Azul Montaña, en San Miguel de los Ríos, Córdoba (2022); Sala Taller VII, en el Espacio de Arte Contemporáneo, Montevideo, Uruguay (2019), y La sala que habito, en el Centro Cultural Cabildo de Córdoba (2018).
Entre sus últimas exhibiciones se destacan Perpetua, con curaduría de Siu Lizaso, en Bithouse (2023); La poética del desmontaje, en Satélite (2023); Luz sobre los meridianos, en Sala de Artes visuales de la Universidad Torcuato Di Tella (2022); Código de origen, en Sala A, Salta, y en El Garaje, Lima (2021); Borde y contexto, en Satélite (2021); Desplazamientos, con curaduría de Lucía Pittaluga, en Espacio de Arte Contemporáneo, Montevideo (2019), e Historia particular, con curaduría de Carla Barbero, en Colección CLM (2019).
Su trabajo ha sido reconocido con estas distinciones: Premio Itaú; Premio en Obra, ArteBA; Fundación Fortabat; Premio Pintura Bancor; Salón de Tucumán; Premio Nacional de Pintura, y Banco Central, entre otras.
Desde 2021, junto con el artista Pablo Martínez, gestiona la galería Satélite.