Encierro, monstruos y fantasía

Mildred Burton siempre proyectó su imaginación sobre los ambientes y objetos domésticos más corrientes. Recordando su infancia en Paraná, las imágenes de Burton recrean los espacios hogareños en los que se crió y nutren de vida fantástica los muebles, los retratos familiares y los rincones de su casa. En la obra Invasión II (1980) un dragón ingresa sorpresivamente desde un mundo externo desconocido al living de una casa donde parecemos ser los únicos habitantes y los únicos que presenciamos el suceso. Estas intromisiones o apariciones insospechadas le permitieron a Burton trastocar por completo la lógica de “lo familiar” para convertirla en un puente necesario hacia “lo desconocido”.

En cada una de las obras de Burton hay una búsqueda por lograr que la cotidianeidad por momentos opresiva del hogar pueda transformarse en un espacio fantástico y delirante. Al mismo tiempo en su producción de los años 70 y 80 hay ecos del clima de angustia y persecución que generó la última dictadura militar. En ese contexto la literatura fantástica que leía Burton y la imaginación que esta alimenta se le ofrecieron como dos herramientas fundamentales para elaborar los monstruos del encierro y del momento histórico del que era parte.

Como en las pinturas y dibujos de Burton, la cuarentena necesaria de hoy puede convertirse en una oportunidad para expulsar y ver de frente a los monstruos que nos habitan, tratándolos con distancia pero también con humor. A través de las imágenes fantásticas de Mildred es posible reimaginar los modos en que habitamos nuestro hogar en circunstancias de confinamiento como las que nos toca transitar: ¿cuánta imaginación necesitamos para darle cuerpo a los monstruos con los que convivimos durante el encierro?, ¿cómo hacer para que el mundo exterior ingrese a nuestros hogares y los transforme por completo?, ¿de qué forma pueden cobrar vida los objetos que nos rodean hace semanas?

Marcos Kramer, Curador