Lecturas fantásticas: Entrevista a Verónica Parodi

El ritmo como territorio de la infancia: nuestra tierra cantada.
Una entrevista a Verónica Parodi por Adriana Fernández

Seguramente si pronunciamos la palabra “nana” algo de la infancia, de la propia o de la de otros, vendrá a nuestra mente.

Tal vez las nanas les traigan, como a mí, el imaginario de la poesía y el eco de Miguel Hernández en la voz de Joan Manuel Serrat cuando tantas veces escuchamos “Nanas de la cebolla” cantado en su homenaje.

María Emilia López, en su libro Pájaro de aire, nos cuenta acerca de la laboriosa investigación que hizo el poeta Federico García Lorca sobre el género de la nana en España, cuyas raíces se encontraban en el dolor y el sufrimiento de las mujeres que trabajaban y criaban a sus hijos en la pobreza extrema. A pesar de este origen, Lorca considera que esas canciones están llenas de vida, de esfuerzo por la vida. Dice que “[una canción] salta de pronto de ese ayer a nuestros días, viva y llena de latidos, como una rana”.

Esa laboriosa y delicada arqueología musical es la que hizo en nuestro territorio-país y nuestro territorio-infancias la cantante y escritora Verónica Parodi en su libro con cd Bordando Nanas (Editorial del Naranjo 2019).

En esta breve entrevista Verónica nos cuenta sobre esta experiencia

—¿Por qué elegiste este género poético para escribir, cantar y compartir este libro-cd con otros colegas?

—Las nanas nos permiten conectarnos a través del arte, la poesía y la música, la sonoridad de las palabras y de los distintos ritmos. Gran parte de la transmisión de la música popular aparece a través de las nanas. Cantar una nana o decir un poema es todo un desafío en estos tiempos. La canción de cuna también es una forma de resistencia, de construcción de identidad, de transmisión de los sentidos. Casi sin darnos cuenta, estamos transmitiendo toda una manera de ser y de ver el mundo, que tiene que ver, a su vez, con lo que nos transmitieron a nosotros. Y estamos dándoles a les niñes la posibilidad de pensarse como seres poéticos, les estamos haciendo la vida más bella.

—¿Y qué es, entonces, una nana o canción de cuna?

—La voz susurrada, cantada, va dejando huellas en ese niño, niña, niñe para que pueda enfrentar el sueño de otra manera. Pero también deja su impronta en el adulto: todo su cuerpo se prepara para acunar, para sostener, para acompañar. La canción de cuna es apego, crea un vínculo perdurable, hace huella en la memoria emotiva de cada uno. Por eso, los adultos, cuando llega el momento de acunar, nos acordamos de la canción que nos cantaban de chicos. Lo bello se hace necesario para habitar este mundo y mejorarlo. Y creo que durante todo este tiempo de cuarentena hubo un cambio muy fuerte con respecto a esto. Todos nos vimos conmovidos y necesitados de afecto, con más tiempo para compartir. Aprendimos a reinventarnos, reencontrarnos, disfrutarnos de otra manera.

— ¿Cuáles son los ritmos que aparecen en la versión cantada y por qué?

—El arte, la música, la canción, la poesía… la belleza es una sola y nos abraza, nos conmueve y nos acompaña de la misma manera en las voces de León Gieco, de mi madre Teresa Parodi, Liliana Herrero, Cecilia Todd o Los Musiqueros.

Elegí nuestros ritmos –los de la patria grande, los que me arrullaron en la infancia, con los que crecí y acuné a mi hijo– porque son parte fundante de lo que soy y de lo que tengo y quiero compartir.

Podemos escuchar en mis canciones ritmos como el chamamé, la vidala, el joropo, la cueca, el huaino, una chamarrita y hasta un aire de bossa nova porque son identitarios, son parte de la cultura que debemos defender, transmitir; allí está la voz de los pueblos, allí está nuestra voz y las nuevas generaciones deben crecer con ellas, sin lugar a dudas.

Para escuchar un poco de “Cambacito”, en Bordando nanas, interpretada por León Gieco y el Chango Spasiuk.

Verónica Parodi es pedagoga. Trabajó como docente de nivel inicial durante veinte años. Como directora socioeducativa del Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi), que las Madres de Plaza de Mayo llevan adelante en la ex Esma, desarrolla proyectos que involucran la literatura, la música, el teatro para chicos y chicas. Es una de las creadoras del sitio especializado en literatura infantil y juvenil Avión que Va (www.avionqueva.com). Hace poemas y canciones desde que tiene memoria. Bordando nanas es su primer libro, y es también un disco en el que se suman grandes intérpretes y compositores. Ambos fueron acunados durante años y ahora por fin llegan a las manos de grandes y chicos.

Los invitamos a conocer su página de YouTube:
https://www.youtube.com/channel/UCKZ2_4hZ1CIZsWjHztGUJmA 

Adriana Fernández (Buenos Aires, 1970) se recibió de profesora de Castellano, Literatura y Latín en el Instituto Nacional del Profesorado «Joaquín V. González». Ha sido docente en la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS), la Universidad Nacional de Lomas de Zamora y la Universidad de Buenos Aires. Actualmente es gerenta editorial del Grupo Planeta en la Argentina.

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