En Sintomario, la exposición individual que Florencia Rodríguez Giles (Buenos Aires, Argentina, 1978) creó para el Museo Moderno, la artista presenta, entre prácticas artísticas y terapéuticas, un abordaje posible a la difícil construcción de una experiencia común entre personas vulneradas y excluidas y aquellas que la sociedad considera “normales” por su capacidad para adaptarse a las exigencias de la vida contemporánea.
En los últimos años, Rodríguez Giles desarrolló dos líneas de trabajo que se complementan, que produce por fuera y por dentro de los espacios artísticos: el dibujo en grandes formatos como técnica precisa para representar escenas y rituales ficticios que dan lugar a seres que escapan de lo humano, por un lado, y las posibilidades que habilita el arte en contextos de cuidados terapéuticos, por el otro. A partir del ejercicio de trabajo colectivo con usuarios y ex usuarios de instituciones de salud mental en la ciudad de La Plata, la artista explora diferentes modos de vinculación, interacción y acción de experiencias artísticas.
El nombre de la exposición surge del neologismo entre las palabras síntoma y glosario. Si el malestar es algo que nos cuesta identificar y nombrar, Sintomario crea un archivo de palabras, ejercicios y registros que otorgan un sentido no patológico o estigmatizante a las sensaciones y a los sentimientos.
El proyecto es uno de los resultados de las producciones colaborativas que se gestan en CAOS (Club de Artes y Ocios) a lo largo de encuentros y actividades junto con trabajadores de la salud, usuarios de instituciones de salud mental y vecinos de la ciudad de La Plata. Como en proyectos anteriores, la artista desarrolla experiencias vinculadas a la relación entre el interior y el exterior de los espacios artísticos. En este caso, el modo de trabajo interinstitucional busca difuminar los límites entre el museo y los espacios de cuidado, haciendo posible una intervención mutua de las prácticas artísticas y las terapéuticas que exprese los límites y disputas entre las nociones de salud y de arte.
Sintomario se compone de dos piezas que forman parte de una única instalación: un dibujo a gran escala y un vídeo. El primero presenta cuerpos gelatinosos en estado de fusión: un parto colectivo o amalgama sensual e híbrida entre especies colaboradoras –humanos, vegetales, objetos y espectros– en busca de su integración y generación. El vídeo fue guionado por la artista en conjunto con externados del Hospital Melchor Romero y otros usuarios del sistema de salud mental. Entre el ritual y el baile, se crean aquí nuevos códigos y narrativas atípicas que desarticulan lo que percibimos como normal en las conductas sociales y en los usos del lenguaje corporal. Video y dibujo se integran en esta única pieza para la creación de una nueva subjetividad capaz de canalizar el deseo en un intercambio comunitario, tanto entre humanos como más allá de la especie.
En el transcurso de los meses, Sintomario propondrá acciones participativas dentro del museo para que, en comunidad, tengamos la posibilidad de nombrar, escuchar y transformar en palabra y cuerpo nuestros sentimientos, preguntas y preocupaciones en torno del malestar
Te invitamos a descubrir un nuevo episodio de «La fábrica» en la exposición Sintomario, de la artista Florencia Rodríguez Giles. A través de los testimonios de Osías Yanov, curador, y de Florencia Rodríguez Giles, artista, se puede apreciar el aporte de cada una de esas áreas en el proceso que permitió concebir y realizar esta exposición. Sintomario es una de las 11 exposiciones que conforman Un día en la tierra, el programa del Museo Moderno 2022.
Florencia Rodríguez Giles en los últimos años desarrolló dos líneas de trabajo que se complementan, y que se producen dentro y fuera de los espacios artísticos. Por un lado, el dibujo en grandes formatos como técnica precisa para representar escenas y rituales ficticios que dan lugar a seres que escapan de lo humano; y por el otro, entiende las posibilidades del arte en contextos de cuidados terapéuticos. En Sintomario, la exposición individual que la artista creó para el Museo Moderno, se genera un abordaje posible a la difícil construcción de una experiencia común entre personas vulneradas y excluidas y aquellas que la sociedad considera “normales” por su capacidad para adaptarse a las exigencias de la vida contemporánea.
Florencia Rodríguez Giles (Buenos Aires, 1978) egresó de la Escuela Nacional de Arte Prilidiano Pueyrredón y continuó su formación con Diana Aisenberg, Nicola Costantino y Guillermo Kuitca. Obtuvo becas del Fondo Nacional de las Artes y de la Fundación Antorchas, y el Premio Braque (Museo Universidad Nacional de Tres de Febrero, 2015). Realiza exposiciones y performances desde el 2002, entre que se destacan: Biodélica (Galería Ruth Benzacar, 2019), Actividades premúndicas (en colaboración con Pablo Katchadjian, UV Estudios, 2017), Séance Liminoïde (Palais de Tokyo, Paris, Francia. 2016), Noctario (en colaboración con Barbara Hang, Club Silencio, París, Francia. 2016), Strabisme Interne (Galerie d’Art Contemporain Bendana-Pinel) y Mareaciones (Galería Ruth Benzacar, 2015). Participó de varias residencias, como FRAC Lorraine (Fonds Régional d’Art Contemporain. 2016), Cité Internationale des Arts (París, Francia. 2015), Paradise Air (Matsudo, Japón. 2015) y Arcus Studio (Ibaraki, Japón. 2014); Backers / Art Initiative (Tokio, Japón. 2009).