En nuestro país, los museos se han desarrollado en un poco más de dos siglos como instituciones y como un conjunto de prácticas y experiencias sociales específicas. El reconocimiento de estos espacios, dedicados a la cultura, el arte, la educación y la memoria con determinados fines, ha puesto de manifiesto la necesidad de particulares modos de producir conocimiento, investigar, desarrollar técnica y gestionar.
Junto a los procesos de sofisticación de lo que en las sociedades contemporáneas entendemos por patrimonio y las políticas públicas y privadas en torno a los bienes culturales que son jerarquizados socialmente, también hemos visto la progresiva profesionalización del campo laboral en los museos.
Mi propuesta se centra en la intersección resultante de la especialización del trabajo en las tareas museísticas, por un lado, con la consolidación de las “industrias culturales” y las políticas de musealización/patrimonialización, por el otro. Se basa en la hipótesis de que las características particulares de la gestión de museos se encuentran en esa intersección, y por eso debemos —como en otras áreas de trabajo— esforzarnos por humanizar procesos administrativos y burocráticos.
Los museos han sido fuertemente interpelados a dar cuenta de “los quiénes”: quiénes hacen los objetos, quiénes hacen la obra de arte como tal, quiénes son sus públicos y, en los últimos tiempos, develar incluso quiénes son los y las protagonistas tras la escena. En definitiva, se demanda conocer quiénes se involucran en el proceso de legitimación, construcción y visibilización de los “bienes culturales”, que serán entendidos como tales a partir de las intervenciones de determinados profesionales.
En diferentes ocasiones, a los visitantes de museos —o a espectadores de obras de arte de diversas expresiones estéticas— se los ha hecho parte de la trastienda de la realización de esos espacios, sea como un acto para transparentar el proceso, como un modo de reconocimiento, o bien como parte de la misma obra. De esta forma, se hacen visibles “los quiénes”, que, la mayoría de las veces, son invisibles.
En síntesis: la obra y quien la realiza no pueden ocupar el mismo espacio de visibilización. Se requiere un movimiento intencionado y motivado para que quien hace la obra esté a la vista.
El sociólogo Howard Becker concibió esta preocupación en su obra Los mundos del arte. Definió esos mundos del arte como “la red de personas cuya actividad cooperativa, organizada a través de su conocimiento conjunto de los medios convencionales de hacer cosas, produce el tipo de trabajos artísticos que caracterizan al mundo de arte”. ¿Es posible visibilizar a cada persona que ha sido parte de la obra?
Este proyecto busca dar cuenta de la compleja trama de actividades y actores involucrados en los procesos de musealización, a través de la realización de una indagación cualitativa basada en historias de vida de las personas que están tras las tareas que hacen al museo, “construyen” a los y las artistas, y validan sus obras.
Fabiola Heredia es licenciada en Ciencia Política y magíster en Antropología. Además, es Técnica Superior en Diseño Textil y de Indumentaria. Dirigió las carreras de posgrado de Especialización en Antropología Social y la Maestría en Antropología. Actualmente es directora del Museo de Antropologías de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. También se formó como intérprete en Lengua de Señas Argentina.
Realiza tareas de docencia en la Licenciatura en Antropología y en diferentes carreras de posgrado, como la Maestría en Conservación de Bienes Culturales. Ha realizado tareas de asesoramiento a distintas instituciones culturales en el abordaje de temas como los derechos humanos, los procesos de patrimonialización y las dinámicas de diferentes colectivos sociales.
Como investigadora, trabaja sobre cuestiones que abordan los cuerpos, sus sentidos y usos en prácticas políticas, deportivas y estéticas, para analizar los procesos de construcción de alteridades y jerarquías sociales a partir de las corporalidades. Participa en ámbitos académicos en las problemáticas relacionadas con los estudios de Antropología de las Anormalidades. En todas las actividades que desarrolla, busca aportar al entendimiento y la valoración de las personas.