Una medusa aparece en los canales vacíos de Venecia y proyecta nuevos interrogantes sobre la potencialidad del arte y del tiempo. Heredera antológica de los primeros animales en la Tierra, habitante del mundo desde hace más de 600 millones de años, la medusa de Venecia es la imagen que se traslada como prueba de la involución de los grados de contaminación urbana, aunque también nos recuerda todo el tiempo pasado que lleva anidada en los organismos naturales actuales. La medusa es una forma superviviente de la tierra inicial. Su imagen perdura casi invariable en la historia de la naturaleza y se traslada como una forma corporal que condensa y expande mensajes diversos sobre el tiempo y sus derivas.
Luego de los trabajos de historiadores del arte como Aby Warburg y Georges Didi-Huberman, es posible entender las imágenes como objetos de tiempos compuestos que cargan con “más de memoria y de porvenir que el ser que las mira”, como sucede con la imagen de la medusa. En este contexto de crisis pandémica y encierro, las concepciones sobre el tiempo han cambiado: el presente se estira y densifica mientras que la historia se hace cada vez más lejana y el futuro casi invisible. Es ahí, en esa encrucijada temporal en la que nos encontramos, donde las imágenes artísticas contemporáneas pueden trabajar mejor, por su cualidad de remolinos temporales, para brindarnos una experiencia más intensa desde donde pensar todos los tiempos que estamos viviendo en simultáneo, y todos los multiversos en los que podremos vivir.
Una vez que el arte moderno dejó atrás las vanguardias artísticas históricas y su idea lineal y progresiva del tiempo, donde el pasado era un cúmulo de formas que ya no servían y el presente era un medio revolucionario para llegar al futuro lo más rápido posible, emergió el arte contemporáneo, ofreciendo la posibilidad de percibir el tiempo desde una concepción más múltiple y sensible. Es que el arte con-temporáneo es una forma de sensibilidad y de pensamiento que está CON el tiempo, lo que significa una capacidad para trasladarse y fluir, como la medusa, a lo largo de las diversas historias de la vida en la Tierra. Al hacerse cargo del pasado y del futuro como material de trabajo, el arte se transformó en una máquina del tiempo con la cual viajar sin fronteras a lo largo y ancho de la historia existente y de la que estamos construyendo a medida que vivimos. El arte contemporáneo tiene el poder de viajar hacia el pasado para modificarlo y hacia el futuro para bocetarlo. Esta capacidad aparece al eludir las búsquedas universalistas, las narrativas oficiales, los cánones y progresos; surge al meterse en las microhistorias, en el relato de los vencidos o los históricamente desplazados, en las identidades culturales específicas. Pero un día (u otro, antes o después) llega un virus para sentarse a discutir el tiempo. Hoy el peligro al que está sometida la humanidad problematiza aún más el ejercicio tradicional mediante el cual pensábamos la historia y el porvenir:
Fabio Kacero
Earlater , 2010
Video digital
Color y sonido
6 min., 3 sec.
nada parecido hubo hacia atrás, nada claro vemos hacia adelante. El futuro para unos está abierto y lleno de posibilidades; para otros está quebrado, sin una esperanza común. Entonces nos preguntamos: para el arte contemporáneo, ¿esto podría ser un oasis, una meseta o una ciénaga pantanosa?, ¿el arte contemporáneo debe responder a esta urgencia abogando por el freno al debate acalorado de tiempos y desacelerar, retirarse a pensar?, ¿debe aportar formas de diseñar nuevos modos de vida, nuevas sensibilidades del tiempo y ponerse aún más militante pensando las mejores salidas posibles a lo que nos está ocurriendo, los mejores mundos posibles?, ¿o debe seguir sus propios procesos sin forzar nada, descansando en la certeza de que igualmente será testimonio de esta coyuntura?
Como la medusa, Earlater de Fabio Kacero, condensa y expande el tiempo. Es un juego del lenguaje donde antes (early) y después (later) forman un mismo concepto. Es un exceso de tiempo atrapado en un patrón no histórico. No hay tradiciones ni futuros, no hay jerarquía de hechos, sino el tiempo como un único cuerpo que se puede percibir sensiblemente y que el arte puede atravesar de manera caprichosa.
Equipo curatorial
Catarata de líneas es un dibujo colectivo al que se puede sumar toda la sociedad, sin
importar la edad. El martes Ernesto Ballesteros iniciará el dibujo a través de un video en
Instagram. Ese dibujo tendrá sus reacciones en los dibujos sucesivos de artistas como
Adriana Bustos, Paula Castro, Claudia del Río, Lucas Di Pascuale, Carla Grunauer,
María Guerrieri y Cynthia Cohen de manera encadenada, que podrán verse a lo largo de
la semana en el Instagram del museo.
Los invitamos a responder a cualquiera de los dibujos participantes con un video de ustedes
dibujando. También pueden responder las veces que quieran a las líneas que hayan
generado otras personas del público.
Para participar solo tenés que subir tu story con el hashtag #dibujocolectivo y etiquetarnos
como @modernoba. Cuando esta línea de tiempo termine, editaremos un video de todas las
líneas juntas, que quedará subido a la página web del Museo Moderno.
Aquí las consignas inspiradoras de Ballesteros: «La idea es forzar el dibujo y pasarle la posta a otro y que dibuje con su propia manera de forzar, que es su manera de ser libre».
«Tarkovski dijo que lo único que tiene que tener una obra de arte para ser entendida, consumida por el público, es ser honesta. Dibujar es pensar. Entonces uno no tiene por qué estar callado mientras dibuja».
«Sentite libre, no estamos en momento de ser prácticos sino de asumir los tiempos naturales».
«Esto no es suma sino multiplicación. No es una cadena unilateral; no es una línea sino una cascada, como cuando una partícula golpea con otra y produce una cascada de subpartículas. Estos serían subdibujos, pero en el sentido de cómo se va abriendo el tiempo.»
Meditación para personas mayores
Una experiencia atemporal para conectar con nuestra imaginación.
Visualización para vincularnos con la fuerza creadora interna, potenciar
la imaginación y la mirada personal a partir de la suspensión de la vista
para reconectar con el cuerpo y las emociones.
A cargo de Germán Paley, arteducador
¿Quién dijo que viajar en el tiempo no es posible? ¿Alguien te hizo creer
que hay que saber para hacer? ¿De qué manera te inspiras? Con solo
cerrar los ojos, podés abrir un portal de invención y poética personal. Te
invitamos a que vivas esta experiencia en la que vos sos protagonista
de tu arte.