En los últimos meses, los debates sobre la salud tienen un protagonismo inédito en las preocupaciones sociales, políticas y económicas, tanto nacionales como globales. Detrás de las estadísticas y los números que leemos en los reportes diarios, se proyectan especulaciones sobre la dinámica que la “nueva normalidad” tendrá en el futuro próximo: barbijos, distanciamiento y asepsia. Pero este virus también nos revela que la salud es algo más vasto que el nombre de una enfermedad y visibiliza las comunidades en las que vivimos, el organismo mayor que contiene a cada uno de nosotros y al que debemos atender. La presente circunstancia nos obliga a recordar que la salud incluye el cuidado personal, familiar y comunitario; que no es solamente un diagnóstico médico sino también la necesidad de compartir afectos, la sensación de protección, el contacto con la naturaleza, el sentimiento de libertad y el ejercicio del trabajo, entre tantas otras cosas. De esta forma de entender la salud en un sentido amplio -más ligado a una búsqueda de bienestar, de armonía, de profunda conexión con nuestros cuerpos, los otros y nuestro entorno e incluso de amplificación de nuestra percepción- se desprenden distintas “estrategias del cuidado” que numerosos artistas contemporáneos se dedican a investigar y con las que potencian sus obras.
En un movimiento de regreso a aquellos tiempos donde no existían las diferencias disciplinares y los saberes viajaban entre el arte, las ciencias y la espiritualidad, estos artistas tienen un interés integral por la salud de la mente y del cuerpo en todas las condiciones y etapas de la vida. Motivados por esta idea, proponen viajes espirituales de meditación, encaran proyectos de cuidado paliativo de enfermedades en los que el arte nace en las manos de los pacientes, o terapias grupales de salud mental concentradas en el más allá del cuerpo físico, e imaginan espacios de contacto social que recuperen a la vejez como una etapa trascendental de la vida donde se siguen abriendo horizontes. Este conjunto de obras supera los límites que definieron tradicionalmente a la “Obra de Arte” para fundirse por completo con prácticas de salud integral que buscan una nueva forma de bienestar. Su trabajo potencia el autodescubrimiento como el mejor canal para favorecer los cuidados colectivos, y así colaborar en la construcción real de un futuro sostenible y saludable. Estos artistas y sus obras se preguntan cómo fortalecer nuestro organismo no solo como unidad física y psíquica, sino también emocional y relacional. Para ello fijan su atención en los intercambios que el arte favorece y no tanto en los objetos que produce, reinaugurando el interés de las vanguardias históricas por modificar en un mismo impulso el arte que conocemos y la vida social que lo sustenta. De esa forma, este perfil del arte contemporáneo abraza una idea amplia de salud que también exige una lectura de la comunidad de la que somos parte con el objetivo de transformarla.
Al concentrarse menos en las certezas biológicas de la ciencia moderna y más en la riqueza inconmensurable de los acercamientos sensibles, el arte puede ir más allá de la materialidad del cuerpo para intentar subsanar los malestares que horadan nuestra salud desde varios frentes. En este contexto donde somos aún más conscientes de la compleja insalubridad que nos reina, adentro y afuera, nos preguntamos: ¿será el arte y sus estrategias la forma de fortalecer desde nuevos perfiles nuestra frágil existencia?
Recorrido 1, 2020, audio, 22 min 32 seg.
En este video, la artista Catalina León crea un esquema visual para interrelacionar conceptos fundamentales que ligan el arte, la salud y la educación. A través de su experiencia como co-fundadora y directora de la asociación civil Vergel, Catalina León nos transmite sus aprendizajes sobre la importancia del quehacer artístico como acompañamiento para construir y preservar la salud y el bienestar.
VERGEL es una asociación civil creada en 2010. Entrelaza arte, salud y educación para que la práctica artística esté puesta al servicio del bienestar y la salud de las personas. Mediante la implementación de programas artísticos, capacitaciones, acciones de difusión y desarrollo de contenidos, fomenta la importancia del arte como herramienta complementaria a los tratamientos médicos, para un abordaje holístico y humanizado de la salud. En el contexto de emergencia sanitaria VERGEL acompaña, via whatssap, a pacientes del Hospital de niños Dr. Ricardo Gutiérrez y del Hospital de Clínicas José de San Martín. Actualmente trabaja junto al Ministerio de Cultura de Nación en una propuesta para pacientes con Covid.
En una de sus series de trabajo, Silvia Gurfein usa pequeños pedazos o
astillas de óleo que recupera de otras pinturas para construir imágenes
donde el estallido da cuenta de procesos de cambio y transformación.
En esta presentación, Gurfein analiza las relaciones entre las prácticas
del cuidado y de la pintura, expandiendo las zonas en las que, en su
trabajo, ambas constituyen formas de establecer contacto con la entropía,
formas de relevar la fragilidad de lo que nos rodea y de nosotros mismos.
A partir de fragmentos fílmicos provenientes de películas que exploran
instructivos acerca de la salud, el régimen hospitalario, el entrenamiento
físico, la higiene y el uso de la violencia corporal, Marcelo Grosman
investiga el vínculo entre la imagen y la domesticación del cuerpo.
El artista inscribe sus investigaciones en un “cruce de modernidades”
donde convergen la idea de Salud pública, consolidada simultáneamente a la
revolución industrial y la creación de dispositivos industriales como la
fotografía, encargada de la reproducción masiva de la imagen humana.
En esta primera edición de Audio Obra participan Luis Felipe «Yuyo» Noé
(artista de la colección del Moderno), Pino Monkes (conservador y restaurador
del Moderno), Andrea Mathov (médica psiquiatra y coordinadora del Programa
Empleo con Apoyo), Fernanda Cermelli (psicóloga e integrante del
Departamento de Inclusión en Salud Mental) y Rocío López (trabajadora social
e integrante equipo de atención en salud mental en situación de calle). El Área
Comunidades del Museo Moderno y el Programa de Inclusión Cultural de Salud
Mental de la Ciudad de Buenos Aires sostienen un trabajo de encuentro entre
salud, arte, pensamiento y creatividad. La propuesta apunta a fortalecer los
lazos entre los sujetos, el Museo y los espacios de salud mental de la ciudad.
En esta oportunidad el taller sonoro Una Nube y el Departamento de Educación
proponen una actividad para los más pequeños. A partir de juguetes y elementos
del hogar te mostramos cómo se puede crear diversos sonidos y melodías para
estimular a los niños.
¿Armamos una torre?
Que nadie diga cómo debe ser
y que del error salgan mágicamente
formas distintas
un vaivén
donde el sonido juega como la imaginación
y crea sus propias reglas;
¡desarmar para volver a armar!
Así, entre juegos, sonidos y vuelos de la imaginación, nos proponemos pasar estos
días con los más chiquitos de la casa.
Que esta sea una oportunidad para estrechar vínculos. Para construir nuevas torres.
Idea y música: Romina Péchin
Realización: Federico Juan Rubí y Romina Péchin