Valeria López

El proyecto que llevaré adelante está pensado desde hipótesis y deseos que tienen como base trabajos realizados, intereses propios y constantes, que precisan de un habitar y entrar en contacto con un lugar para trabajar desde los contextos en los que me involucro. En este sentido, la propuesta implica investigar y producir a partir del centenar de obras que pertenecieron a la colección personal del artista Alberto Heredia. 

En un primer momento, me interesa investigar dicha colección para identificar y relevar sus particularidades y averiguar los posibles vínculos entre Heredia y lxs artistas de su acervo. Me pregunto por la heterogeneidad que puede llegar a presentar ese conjunto de obras; y quisiera, al mismo tiempo, realizar una especie de comparación con el patrimonio del Museo para indagar sobre cómo hablan y qué dicen ambas colecciones. 

En una segunda instancia, quisiera trabajar con la casa Alberto Heredia como espacio y plataforma doméstica en donde seguramente se exhibieron algunas obras de su colección, conectándose y habitando los espacios con el propio artista. Pienso en tomar sus paredes, rincones y espacios para abordar, desde lenguajes tales como la pintura y el dibujo, posibles montajes y mapas que conecten esas obras: una especie de curaduría que se vaya configurando a partir de lo que investigue y, también, de ficcionar relaciones intersubjetivas, temporales, espaciales, artísticas, entre otras. Construir, así, montajes en los que se puedan sumar también otras obras, imágenes o elementos que pueda ir recolectando, haciendo uso de lo fragmentario como una posibilidad para configurar relatos no lineales y conexiones inesperadas. Dejarme, en algún punto, instruir por lo que encuentre, por lo que Heredia señale –en sus obras, en sus archivos, en su casa– y por la experiencia misma, los recorridos, vínculos e intercambios. 

A diferencia de las lógicas archivísticas o de los fines teleológicos de las ciencias, creo que la potencia de investigar y hacer desde la práctica artística radica en el hecho de que allí se admite la posibilidad de una exploración que no está necesariamente normada, que puede sostener y configurar diversas ficciones, escapar a lógicas establecidas y dar apertura a un sinfín de posibilidades para otras formas de conocer, pensar y hacer que apueste a “la potencia movilizadora de los enigmas”, de los hallazgos y de las intuiciones o señales.