Durante el período de residencia, y siguiendo con la línea de trabajo de mis últimos años, me propongo realizar un estudio de los restos del edificio demolido de la Casa del Naranjo e investigar sobre la controversia que generó la ampliación del Museo de Arte Moderno en el predio que comparte con esa edificación, de la que se conservan solo los cimientos.
Mi intención es entrar en contacto directo con el sitio arqueológico, los elementos rescatados del lugar y los proyectos alternativos presentados para la coexistencia de los edificios, además de entrevistar tanto a las personas implicadas en el descubrimiento y la excavación como a las que forman parte del equipo de Conservación del Museo.
El hecho de que el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires tenga sede sobre los restos de uno de los edificios más antiguos de la ciudad sugiere una multiplicidad de relaciones que me interesa explorar. Me propongo tomar algunos aspectos físicos de los edificios superpuestos —puertas, ventanas, cerámicas, técnicas de construcción— para diseñar, a partir de ellos, un conjunto escultórico que los conecte y ponga de manifiesto su simbología arquetípica. Mi objetivo es tallar estos elementos en maderas del bosque caído de Sierra de la Ventana mediante procesos de carpintería robotizada para lograr un conjunto con apariencia de altar.
Afirma Jean Chevalier en su Diccionario de los símbolos (Barcelona, Herder, 1995): “Hacia el altar convergen todas las líneas de la arquitectura, todos los gestos litúrgicos. Reproduce en miniatura el conjunto del templo y del universo. Es el lugar donde lo sagrado se condensa con mayor intensidad. Reúne igualmente en él la simbólica del centro del mundo, el lugar y el instante en que un ser se torna sagrado a través del sacrificio”. En el caso elegido para mi proyecto, la demolición de la Casa del Naranjo dio lugar a la ampliación del Museo de Arte Moderno: un nuevo edificio surgió, entonces, al igual que un templo, en el sitio de sacrificio.
Tal vez la experiencia de meditar acerca de este proceso —en el que convergen historia, arte e ideología— propicie un proceso que nos devuelva una imagen de la experiencia frente al cambio, la transformación y nuestra propia caducidad.
Mi objetivo final es poder presentar, durante 2025, en el sitio de la ruina, y en colaboración con el área de Museografía y Producción de Exposiciones del Moderno, el conjunto escultórico resultante. (Durante 2025).
Juan Rey nació en Buenos Aires, en 1978.
Es artista, carpintero y docente. Estudió magisterio en la Escuela Nacional de Bellas Artes Rogelio Yrurtia y egresó como profesor de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón.
Fue becario del Fondo Nacional de las Artes y recibió incentivos a la creación. Participó del Laboratorio de Producción del MediaLab del Centro Cultural de España en Buenos Aires, y del programa “Interactivos” de la Fundación Telefónica de Argentina.
En 2013 obtuvo el Gran Premio Adquisición del 102º Salón Nacional de Artes Visuales, en la categoría Nuevos Soportes e Instalaciones.
Su obra fue presentada en la Quinta Convocatoria Abierta de Proyectos Expositivos del Espacio de Arte Contemporáneo de Montevideo, Uruguay, y en la Bienal Nacional de Bahía Blanca 2015.
Recibió el Premio del Público en el XXIII Stuttgarter Filmwinter Festival, Stuttgart, Alemania, por el Proyecto Automatic Moving Company; el 2º Premio en la XIII Bienal de Arte Sacro Contemporáneo en 2023, y el 2º premio ArtHaus en la categoría Objeto en 2024.
Actualmente participa del programa de formación “Presente Continuo”.
Ha formado parte de numerosos concursos, salones, becas y exposiciones en la Argentina y el exterior.
Vive y trabaja en Villa Ventana, al sur de la provincia de Buenos Aires.