Isla Flotante comenzó como un espacio gestionado por artistas en 2012. Fué una mezcla de espacio de exposición y talleres de artistas. Una vez al mes dábamos una fiesta por lo que también era un lugar de encuentro y socialización muy importante. A lo largo de los años se convirtió en un punto medular de la escena artística de Buenos Aires, por su apuesta a mostrar artistas muy jóvenes y prometedores. En los años siguientes, la presencia de la galería en ferias internacionales contribuyó al crecimiento exponencial del proyecto, cuyo núcleo sigue intacto: el espíritu de vanguardia joven y la convicción de la importancia de trabajar con artistas jóvenes que muestran inquietudes sobre una agenda que la propia galería como cuerpo orgánico siente la necesidad de subrayar: la autocrítica a las estrategias de legitimación, poder y circulación del mundo del arte, los problemas de género e identidad.