Juan Tessi (Lima, 1972) desarrolla una exploración permanente del lenguaje pictórico, investigando las tensiones del medio y su capacidad para abordar temáticas como el deseo, la acción performática y la vigilancia. Ha experimentado con la superficie de la tela, pero también con la construcción del objeto-pintura, para lo cual confronta materiales y formatos como, por ejemplo, óleo sobre lino imprimado versus lino crudo. En su obra, el lienzo mismo actúa por momentos como cuerpo y, la pintura, como piel; la línea se enfrenta a los planos de color; los bordes del cuadro, a su exterior y a su interior.
En sus distintas series o ciclos de trabajo, reemerge siempre la metáfora del lienzo como cuerpo y las referencias a las pulsiones y al deseo. Incluso sus obras más abstractas implican la presencia del cuerpo, como la serie de pinturas que realizó según las instrucciones de un tutorial de maquillaje, incorporando un aspecto performático a su producción. En trabajos posteriores, arrancó la “piel” de las pinturas, la cual extendió luego sobre lienzos embastados. Estas “pieles” se mantienen imantadas sobre las telas a través de la estática generada por formas de plexiglás que cubren parcialmente los cuadros.
En sus obras ha incorporado también reflexiones sobre prácticas museísticas que afectan su existencia física y su realidad. Para Cameo, su exposición individual en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba, 2016), presentó una muestra en dos etapas que investigaban la relación de la pintura con el cuerpo, los sistemas de regulación y distribución de imágenes, y el paso del tiempo como material pictórico. Durante las primeras semanas, ubicó las pinturas en puntos del edificio no destinados a la exhibición de obras, pero incluidos en la cobertura de las cámaras de seguridad como el estacionamiento, el mostrador de la entrada e incluso una terraza donde permanecieron a merced de la lluvia, luz solar y el viento. La sala presentaba las diferentes capturas de las cámaras de vigilancia en tiempo real, transformándose en un centro de monitoreo. La curadora, Lucrecia Palacios, destacaba que si el trabajo de Tessi “investiga la relación de la superficie pictórica con la epidermis y la pintura con el cuerpo, las obras dentro del museo insisten sobre estos temas y se proponen como personificaciones. Es decir: cada una de las pinturas realiza también sus propias acciones, miran y participan del transcurrir cotidiano del museo y sufren trasformaciones con el paso del tiempo”. En la segunda etapa, las pinturas ingresaron a las salas.
Otra de sus series, desarrollada entre 2016 y 2019, convirtió a los lienzos en cuerpos para cabezas de cerámica ubicadas por encima de las telas, concentrando todos los gestos pictóricos y funcionando como extensiones u objetos prostéticos para las pinturas. En cerámica realizó también esculturas en mediano formato que tienden a crear una atmósfera de influencias orientalistas, con sus asociaciones, para la cultura Occidental, de elementos decorativos y de deseos desplazados.
Javier Villa, curador senior del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, ha situado estas obras por fuera de la tradición lineal o “monoteísta” del modernismo europeo, sin por eso ligarla a la “antropofagia” (según el término del poeta brasileño Oswald de Andrade) de otras vanguardias latinoamericanas, en el sentido de las producciones artísticas que devoraban las herencias o influencias de sus colonizadores. Antes que clausurar el pasado o de tragar a sus enemigos, Villa observa en las estrategias pictóricas de Tessi una aproximación similar a las de las culturas meso americanas que asimilan “las deidades de los vencidos a su propio olimpo, con el objetivo de volverse más fuertes”.
En los años más recientes, Tessi se ha detenido a observar las obras de modernistas precoces como Mardsen Hartley y Arthur Dove para absorber sus influencias.
Ha realizado numerosas exposiciones individuales, incluyendo Manglar (2019) en Galeria 3+1 en Lisboa, Joven con trenzas (2017) en Galería Nora Fisch, y otras en galerías e instituciones de Buenos Aires, Londres, Rotterdam, San Pablo y Santiago de Chile. Participó en exposiciones colectivas tales como Ultramar: Fontana, Kuitca, Tessi, Seeber en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid y Empujar un ismo en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Sus obras también han sido expuestas en el Kbh Kunsthal_Centenniale, Copenhague, Museo de Arte Contemporáneo de Rosario, Bienal del Mercosur, Porto Alegre, entre otros espacios e integran numerosas colecciones públicas y privadas.
Tessi formó parte de la Beca Kuitca / UTDT 2010, se graduó en The Maryland Institute College of Art (1994) y participó de la residencia de Yale/Norfolk (1993). En sus comienzos, estudió con Ricardo Garabito (1989).
Vive y trabaja en Buenos Aires.