La obra de Natacha Tellez está atravesada por el estudio de la materia, no solo en su
dimensión física sino por las derivas poéticas que se desprenden de sus capacidades
dúctiles. En su trabajo involucra activamente el cuerpo como mediador entre los
materiales y sus universos retóricos. El hacer escultórico es entonces un canal de
transferencia que le permite hablar de su propia historia y de la memoria como
catalizadora de expresividad sensible. Considera que la investigación de materiales es
fundamental para la ampliación del lenguaje que en su caso tiene mucho de
traducción, donde construir, cubrir, proteger, sostener, toman una dimensión plástica.
En esa búsqueda de estrategias, encuentra toda clase de objetos que traen consigo la
potencia de una acción simbólica: fragmentos de objetos orgánicos o materiales
industriales, suaves, memoriosos, cálidos, rígidos, maleables, perecederos, estoicos..
Comenzó su formación en la Escuela Prilidiano Pueyrredón eligiendo la modalidad
escultura. Decidió continuar sus estudios en la búsqueda de una imagen propia
asistiendo a la Escuela de la Cárcova, allí realizó sus primeros proyectos a gran escala
investigando el espacio y aprendiendo a utilizar nuevos materiales y técnicas que se
volverían característicos en su obra: madera, hierro y aluminio, así como las técnicas
de encastre y soldadura.
Asistió al taller de Pájaro Gómez. Luego de dos años de trabajo e investigación en su
taller, comenzó clínica de arte con Tulio de Sagastizábal, donde investigó materiales
blandos como lana, tela, goma y realizó sus primeros bocetos de instalaciones
incorporando a la naturaleza.
En 2001 obtiene Mención en escultura en el Salón Nacional de Artes Visuales.
En el año 2006 se radica en España, dedicándose a la joyería artística de autor, donde
participa en ferias de arte y diseño de alcance internacional.
En 2014 regresa al país y participa del Salón Nacional con una obra a gran escala de
yeso y fieltro. También decide retomar la investigación y formación, participando del
Taller Cosmos dictado por Daniel Jooglar y Bruno Grupalli, investigando nuevos
materiales: papel, cuero y collages a gran escala. Comienza clínica de obra con Leila
Tschopp trabajando con ideas relacionadas a la tensión y el cuerpo.
En 2019 su obra es seleccionada en el Salón UADE y realiza el programa de artistas
“Taller compartido” de la Galería CRUDO, Rosario.
En 2020 presenta junto a CRUDO en Microferia de Arte Contemporáneo Rosario, y
participa de PopUp, muestra inaugural del nuevo local de CRUDO en Rosario.
En 2021 es seleccionada al Salón Nacional y participa del programa “ABeLe”.
En 2022 es seleccionada por segundo año consecutivo en el el programa “Ex-ABeLe” en
CABA y participa de la feria de arte ARTEBA.
En mayo de 2023 presenta su primera muestra individual “Escuchar la mano” con
curaduría de Leila Tschopp.
Ha participado en numerosas muestras grupales en Argentina, España y Portugal.
Vive y trabaja en Olivos, Buenos Aires. Argentina.