Sus padres la llamaron Yiyú, que es una palabra del guaraní, y significa ̈agua chica, agua grande ̈, y si bien no los dejaron anotarla con ese nombre, nunca dejaron de nombrarla así. Su apellido, Finke, significa, ̈pájaro que canta ̈. Yiyú Finke es una artista de una extensa trayectoria, de esas trayectorias de años de trabajo profundo y por momentos silencioso. Oriunda de Aristóbulo del Valle, Misiones, decide estudiar la Licenciatura en Arte en la Unam, Oberà, y luego un Master en Granada, España.
Desde el 2006 hasta el 2012 se muda a Buenos Aires, y posteriormente vuelve a Misiones donde elige quedarse hasta la actualidad.
Sumamente activa, no duda en tomar clases con diferentes artistas tales como: Luis Wells, Pablo Siquier, Mónica Girón, Sergio Bazán, y más. Se generó su propia academia de arte contemporáneo. Y no sólo estudia y se nutre, sino que, generosa, gestiona desde 1982, una cantidad innumerable de proyectos que involucran a otros artistas. Su taller ha sido un espacio de múltiples actividades culturales, y tan sólo son dieciséis escalones los que separan al mismo, de su bar Hormiga, donde prepara tragos y brebajes. Alquimista de colores y emociones, de sensaciones, de gustos, me explica que el origen de los tragos alcohólicos es la búsqueda de la cura para alguna enfermedad o del apaciguamiento del dolor en otros casos. Es que hay algo de eso en Yiyú, de sanadora, de maestra, de sabia.