Federico Cantini se formó en la Universidad Nacional de Rosario en la carrera de Bellas Artes y completó su formación en clínicas de arte con Rafael Cippolini, Ernesto Ballesteros, Andrés Labake y Diego Bianchi. Su trabajo se caracteriza formalmente por la construcción de objetos, estructuras e instalaciones.
Las obras de Cantini pueden concebirse como ejercicios de animismo objetual en la medida en que piensa sus piezas como efectos de una sensibilidad en tránsito hacia otros estados materiales y mentales. Sus trabajos, ya sean con elementos rígidos como el hierro o maleables como el barro, componen universos vitales en los que los rastros de los gestos suaves de las manos coexisten con la violencia de sus herramientas. En sus últimos trabajos cocina en horno de cerámica el barro del río Paraná y reutiliza, talladas con hacha y martillo y pintadas con aerosol, la madera residual de la poda de árboles para presentar escenas y situaciones cargadas de ambigüedad.