(Ramos Mejía, Prov. de Buenos Aires, 1950)
Rafael Bueno es parte de la generación que promulgó la recuperación de la pintura en Argentina durante la década de los ochenta. Con un papel destacado en la escena del underground , en aquellos años llevó adelante proyectos alternativos como el Café Nexor y el taller La Zona que promovieron la sociabilidad, los vínculos afectivos y el trabajo colectivo, incluso en el contexto de la brutal dictadura militar. Junto a Guillermo Conte y Majo Okner desde 1981 integró el trío Loxon, realizando acciones y sesiones de pintura en vivo, con la participación de músicos, actores y poetas.
En 1985 se instaló en Nueva York y desde entonces sus obras han explorado principalmente la pintura abstracta, sugiriendo en ocasiones paisajes o figuras. En ellas, amplias superficies diáfanas de color contrastan con volúmenes de empaste de oleo concentrado que Sergio Chajfac ha calificado como “latencias”, ya que pueden pensarse como “reservas para un cambio potencial (…), avatares dormidos capaces de desatarse en cualquier momento”.