En 1999, en la ciudad de Corrientes, Argentina no hubo clases durante todo el año lectivo. Esa experiencia, que viví a los 15 años marcó profundamente el sentido de mi vida y es ahora un hecho fundamental en mis obras y pensamientos. La relación entre la libertad y la necesidad de generar el sentido de nuestro tiempo. Las relaciones políticas que se establecen en un conflicto, las relaciones de clases, las víctimas y el poder.
Me interesan las máquinas y la pólvora, lo monumental y lo pesado. Me interesan las sensaciones que nos hacen sentir pequeños y al mismo tiempo poderosos, el cuánto valen los recuerdos y cuanto vamos a poder recordar.
Realizo mis obras e instalaciones de modo artesanal, siguiendo la tradición de los saberes y de los oficios que aprendí de adolescente. Construyendo un dispositivo mecánico y único, que en su funcionamiento o en su elaboración ponen en juego el sentido de las máquinas hechas por y para el hombre, en busca de generar un nuevo sentido.
Busco en mis trabajos la emoción del invento y la potencia del movimiento, entre la manipulación de la fuerza y la búsqueda o necesidad de control.