(Buenos Aires, 1984) es Profesor en Artes Visuales, carrera que estudió entre 2003 y 2008 en Junín (Instituto Xul Solar) y Pehuajó (Instituto Carlos Torrallardona). En el 2010, se trasladó a la Ciudad de Buenos Aires para continuar con sus estudios de formación en arte contemporáneo. Fue seleccionado por la Universidad Torcuato Di Tella para realizar seguimiento de obra bajo la tutoría de Eduardo Stupía durante dos años consecutivos. Luego de trabajar varios años junto a Eduardo Hoffmann, comenzó a desempeñarse como montajista y realizador de producciones artísticas como La Menesunda de Marta Minujín y El silencio de las sirenas de Eduardo Basualdo, entre otras. Estudió con Alicia Herrero y Marcolina Di Pierro. Es el responsable del área de montaje del MACBA – Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires. En 2015, abrió al público su taller de San Telmo con la muestra colectiva Me sale Picasso por todos lados. La muestra cuenta con la participación de Fabián Burgos, con quien también realizó clínica de obra. Su obra ha sido galardonada por el Salón de Artes Plásticas Manuel Belgrano (2013) y el Premio Federico Jorge Klemm (2016). Ha participado en los talleres abiertos de la galería La Ira de Dios y exhibido de manera colectiva e individual en espacios como FACA – Feria de Arte Contemporáneo Argentina (2017, Miranda Bosch Gallery), Espacio de Arte Embajada de Italia, Hotel Brick (ambos 2015), en el Museo Histórico de General Viamonte, Buenos Aires (2009, 2006), entre otros. A comienzos de 2019, presentó With the light, exhibición individual de pinturas y tapices en Miranda Bosch Gallery New York, y en el marco de la muestra colectiva Agosto en Durban Segnini Gallery, Miami.
Las obras de Andrés Arzuaga formulan un impactante retorno a la pintura y a sus elementos más esenciales, el óleo y el lienzo, en el que se revela un sostenido interés por la forma y el color. En este sentido, mientras su poética abreva en la historia de la pintura y las modulaciones conceptuales de la abstracción y el minimalismo, tomando prestado su lenguaje mediante colores planos plenos, gradientes y grillas, dispositivos de recorte y composiciones geométricas, su abordaje es absolutamente contemporáneo, en contacto con el diseño gráfico e industrial. Arzuaga concibe sus trabajos como una constelación en la que se establece un diálogo entre la repetición y la variación, entre la fijeza y el movimiento, entre lo lleno y lo vacío. El uso del color busca explorar la dinámica de la luz a través de un complejo juego de contrastes, de efectos por momentos reflectivos emulando superficies metálicas y el diseño a gran escala de sus piezas obligan al espectador a oscilar entre la contemplación visual y el recorrido escultural. En este sentido, sus investigaciones formales lo han llevado a una gran variedad de soportes y técnicas que, partiendo de la pintura y el dibujo, han pasado por los frottages urbanos y la producción de objetos de diseño y mobiliario.