Marcelo Alzetta nació en Tandil, provincia de Buenos Aires, el 19 de septiembre de 1977. Tuvo una infancia frágil a causa del situs inversus, una rara malformación genética. Desde pequeño le gustó pintar y lo hacía con la convicción de quien quiere ser un artista. Siendo un adolescente comenzó a asistir a las clases del historietista uruguayo Alberto Breccia, en su taller conoció al grupo con el que iba a fundar el colectivo El Tripero y crear la mítica revista que llevó el mismo nombre. Tomó clases con Ahuva Szlimowicz y conoció a Pablo Suárez que lo vinculó a algunos artistas de la escena de los noventa, con quienes comenzó a participar de exposiciones colectivas a finales de la década. Se mudó a Buenos Aires donde vivió unos años, pero en 2007 tuvo que regresar a Tandil debido a complicaciones relacionadas con su enfermedad; dos años después tuvo un trasplante de pulmón. A pesar de la distancia su vínculo con la escena de la capital siguió siendo activo, en 2008 tuvo su primera presentación individual, Windows 77: Fantasía, en la galería LDF y a lo largo de la década siguiente expuso con frecuencia tanto colectiva como individualmente.
En 2017 Ivan Rosado editó el libro Paseo con sus dibujos y pinturas. En 2019 Francisco Garamona dirigió el documental Marcelo Alzetta: una baldosa renacentista que recoge el testimonio del artista desde su departamento de Tandil. Al año siguiente Metamúsica editó Museo primitivo su primer disco de larga duración donde plasmó otra de las facetas que desarrolló a lo largo de su carrera, la música electrónica. Los últimos años fueron críticos, vivía conectado a un tubo de oxígeno y su salud fue deteriorándose cada vez más. A los 43 años, murió el 2 de mayo de 2021 a la espera de un segundo trasplante que nunca llegó.