1977 – Buenos Aires, Argentina.
Nacido en 1940 en Buenos Aires, Ricardo Laham se formó durante la década del 50 en la Escuela Nacional de Bellas Artes “ Manuel Belgrano” la cual abandonó para empezar a trabajar en el taller de Emilio Pettoruti que en ese momento era dirigido por su discípulo Alejandro Vainstein y Monica Soler Vicens ya que el maestro, para ese entonces, residía en París. Parte de la formación de Laham transcurrió en Europa. Allí estuvo en 1963 y en 1969 gracias a la beca otorgada por el premio Georges Braque. El artista llegó por primera vez a París con tan solo 22 años y todavía en una etapa incipiente de su formación. En su primer viaje contó con la guía de Pettoruti quien se convirtió rápidamente en su mentor. Luego del segundo viaje a Europa, decide regresar a la Argentina y su obra tomará un rumbo caracterizado por la búsqueda de una identidad personal, un desprendimiento de lo que había aprendido en Europa y una separación ideológica de su maestro. En este sentido, encontró en el constructivismo universal de Joaquin Torres Garcia y en la cultura pre-hispánica una fuente crucial para su trabajo. De hecho, poco tiempo después de su vuelta a la Argentina, Laham emprendió un viaje por Bolivia y Perú en el cual profundizó sus vínculos con la cultura andina mediante la incorporación de la forma escalonada en varias de sus obras geométricas. En 1973 su trabajo es nuevamente galardonado con el Premio Marcelo De Ridder. En la primera mitad de los setenta, este premio fue un hito importante de la consagración artística ya que ser seleccionado implicaba exponer en el Museo Nacional de Bellas Artes con la consecuente visibilidad en el medio. Los premios contribuyeron a instalar su relevancia en el medio local que fue acompañada por el visto bueno de Rafael Squirru quien le dedicó un estudio monográfico en el libro Pintura Pintura: 7 valores argentinos en el arte actual (1975) y también lo incluyó en Arte argentino hoy (1983), una recopilación de los artistas más significativos de la década. Si una primera instancia de su trabajo estuvo marcada por la búsqueda de un lenguaje articulado en relación a una identidad americana, observamos cómo progresivamente el artista se enmarca en la exploración específica de las relaciones entre forma y espacio. Como testimonio de este proceso plástico nos encontramos con una magnifica serie en blanco y negro donde, en algunos casos, la figura del centro se sostiene mediante lineas que se expanden hacía los laterales. Esta serie despertó la fascinación de los críticos que no tardaron en reconocerlo como uno de los grandes artistas del momento: “No son pocos los que creen -y se me puede contar entre ellos- que el trabajo de Ricardo Laham conforma una de las más importantes obras geométricas desarrolladas en nuestro país”. (Bandin Ron: 1977) Entrado el año 84 y en el marco de la vuelta a la democracia en Argentina, Laham abandonó progresivamente sus exploraciones geométricas para adentrarse en un camino que lo llevaría a la figuración. Sin embargo, en los últimos años decidió retomar la abstracción geométrica en un conjunto de obras que exploran la tridimensionalidad y el color construyendo imágenes actuales y novedosas. En el año 2008 fue reconocido con el Gran Premio de Honor del Salón Nacional.