Formó parte de la generación de artistas que, desde principios de los 90, se vincularon al Centro Cultural Ricardo Rojas de Buenos Aires. Espacio que marcó un hito en el relato histórico del arte argentino de esta década, en tanto consolidó una estética particular que además de reconocer la importancia de los procesos de construcción, sobre todo manuales, ponía en circulación materialidades triviales, decorativas y ornamentales.
Su obra se caracteriza por la presentación de complejas composiciones basadas en el uso de formas geométricas simples y una amplia gama de colores. Ha realizado pinturas, acuarelas, videos, fotografías e instalaciones en espacios urbanos. También se ha desempeñado como docente, curadora y gestora cultural.
Entre los años 1985 y 1990 concurrió a los talleres de Diana Aisenberg y Juan Doffo, estudió escenografía con Héctor Calmet, y realizó estudios teóricos con Lucas Fragasso, Hugo Petruschansky, y Marta Zatonyi, entre otros. En 1991 obtuvo la denominada Beca Kuitca a través de la Fundación Antorchas. Experiencias de formación que le permitieron indagar acerca de su proceso creativo.
En ese marco de referencia, su propuesta estética, orientada a la abstracción geométrica se perfiló como una tendencia renovada de los postulados de la vanguardia geométrica de los 40 en Argentina, con claras referencias a los artistas europeos Piet Mondrian, Joseph Albers, Max Bill, y al uruguayo Joaquín Torres García. Las pinturas de este periodo así como también de etapas posteriores se caracterizan por la creación de esquemas geométricos o agrupación de figuras construidas con líneas curvas o poligonales, cerradas o abiertas. Todas ellas evidencian un amplio y variado desarrollo del color, resultado de sus estudios sobre la percepción visual y sensorial de la luz-color.
En paralelo a sus pinturas sacó fotografías de aquellas cosas que atraían su atención, ya sea por algún motivo personal o de sensibilidad estética. Estas imágenes conformaron los montajes de las obras Mi hermano y yo, 1999 y Carteles de bailantas, 2007. Sus continuas investigaciones acerca del color, la forma, la composición y el movimiento la han llevado a experimentar, durante años, con distintos formatos: videos, acuarelas, serigrafías, publicaciones, instalaciones e intervenciones en espacios públicos y privados.
Participó en las residencias Art Omi, Nueva York, 1997; Apex Art con una beca Fulbright-Fondo Nacional de las Artes, Nueva York, 2000; Chinati Foundation, Marfa, 2002 y The Rockefeller Foundation Bellagio Center Residency, Italia, 2005.
Desde 2006 a 2009, junto con Diana Aisenberg, Melina Berkenwald, Marcelo Grossman y Roberto Jacoby, gestionó y coordinó la Residencia Internacional de Artistas en Argentina (RIAA). Posteriormente integró la dirección de CIA (Centro de Investigaciones Artísticas) de Buenos Aires. Gestión compartida con Judi Werthein y Jacoby que llevo adelante hasta el 2011. Se ha desempañado como directora en espectáculos teatrales y videos. También ha realizado seminarios de análisis de obra y participado con textos en la Revista de artes visuales Ramona.
Ha realizado numerosas instalaciones de sitio específico entre las que destacana: Collins Park, Miami Beach (2019); Estación Catalinas del Subterráneo de Buenos Aires (2019); Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (2017); Faena Forum, Miami (2016); Notas de Luz, Usina del Arte, Buenos Aires (2016) y Project Row Houses, Houston (2003). Mostró individualmente en Nueva York, Houston, Buenos Aires, San Pablo, Miami, Marsella y Texas. En 2013 el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires presentó su muestra retrospectiva Gramática del Color, curada por Victoria Noorthoorn.