Alejandra Fenochio (Buenos Aires, 1962) vive, trabaja y milita en el barrio de La Boca hace treinta años. Estudió pintura con Luis Felipe “Yuyo” Noé y compartió junto a León Ferrari y al Grupo Etcétera la fe en la dimensión social del arte.
En los años 80 y 90 participó activamente del “under” porteño, frecuentando los lugares donde, en el arte y la noche, se reinventaba la vida pos-dictadura. Pintó en aquella época retratos desnudos de amigos y amigas: actrices, bailarines, personajes de la escena alternativa de Buenos Aires que se refugiaban de una sociedad todavía cargada de prejuicios. En conjunto, sus series “Familia” (1988-1991) y “Desnudos” (1992-2001) generan un retrato de época, a la vez que dan cuenta de la íntima relación con cada una de las personas que posan para la obra. Cada pintura parece centrarse en el brillo de los ojos y, desde allí, expandirse al resto de la tela, exagerando las proporciones, de manera que los personajes aparecen más grandes que en la vida real. Al convocarla a participar en la muestra Viceversa, Fundación Proa destacó que Alejandra “milita por su amor a lo underground, por lo rebelde, por la clase obrera, por lo feo que esconde belleza, por lo oscuro que trasvasa de luz y, por supuesto, por su barrio” (Loreto Garín). En La Boca participa activamente de su comunidad, retratando a las personas que allí viven y trabajan y también los cielos recortados por tanques de agua y árboles, las orillas del río. Estos son cuadros de escala muy pequeña en bastidores irregulares construidos por ella misma, obras de gran ductilidad pictórica y encanto. Su obra se compone de asimismo de dibujos, ilustraciones y esculturas lumínicas con materiales rescatados de la costa del Río de La Plata.
En años recientes, se ha dedicado también a pintar grandes telas de composiciones muy elaboradas, retratos nocturnos de personas en situación de calle que aparentan un crudo realismo. Se trata, sin embargo, de composiciones imaginarias: las esquinas porteñas que creemos reconocer son en realidad lugares ficticios construidos con sistemas de perspectivas imposibles.
Salvaje y sofisticada, su pintura está repleta del vigor de la pincelada diestra y convencida, el manejo certero de la atmósfera de cada imagen y la complejidad de composición de una maestra del género. Yuyo Noé escribió que “pinta sin temores, como riéndose un poco de sí misma, como si simplemente estuviese hablando a través de la pintura de su mundo-entorno con acidez y ternura al mismo tiempo”.
En 2021 obtuvo el Primer Premio Pintura del Salón Nacional de Artes Visuales. Expuso en numerosos espacios de la actividad cultural, entre ellos: MUNAR, Centro Cultural Recoleta, el Palais de Glace, el MACRO de Rosario, el Pabellón de la Secretaría de Cultura en Tecnópolis, la Casa del Bicentenario, el Museo Provincial de Bellas Artes de La Plata, La Casona de los Olivera, la Fundación Impulso, Parakultural, Barraca Vorticista, Museo Hospital Muñiz, el CESC de San Pablo (Brasil), el Centro Cultural Misiones (Misiones), Ave Porco, Prix D’Ami y Espacio Giesso.
Cursó estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. Se ha desempeñado como ilustradora en publicaciones como Tiempo Argentino, El Cronista Comercial y el suplemento “Las/12” (Página/12). Ilustró el Primer coloquio La Patria es el Otro. En 2017 presentó Desbordes en el Museo Nacional de Bellas Artes, un libro que documenta el recorrido de sus pinturas.